Soy Malitzin es la obra más reciente del escritor mexicano Pedro J. Fernández, conocido por novelas históricas como “Yo, Díaz”, “Iturbide: el otro padre de la patria” y el libro para niños “Había una vez mexicanas que hicieron historia”. En entrevista para AvcNoticias, el autor compartió su visión sobre la conquista de México, las narrativas construidas desde el poder y nos invitó a revisitar a los personajes de la historia nacional para despojarlos de sus papeles como héroes y villanos.

Quería crear a un personaje de carne y hueso

El primer acercamiento como escritor que tuvo Fernández con Malintzin fue mientras realizaba una semblanza para el libro “Había una vez mexicanas que hicieron historia”. Ahí se percató de que la imagen que tenía de esta figura histórica distaba mucho de lo que realmente pudo haber pasado y aunque, en un primer momento consideró escribir una versión de la historia para niños, lo sangriento y complejo de algunos episodios lo hizo desistir de esta idea.

“Me di cuenta de que no podía contar la historia de los sacrificios, rituales, que no podía hablar de la matanza de Cholula y del Templo Mayor, diferentes momentos de esta historia”, es decir “si de verdad quería que este personaje fuera de carne y hueso, que de verdad sufriera antes estos acontecimientos pues tenía que hacer algo más humano y más complejo y eso no lo podía hacer si fuera una novela para niños”.

Tras definir esta idea y pensar en un público más adulto, el escritor se dio a la tarea de investigar arduamente sobre el personaje y la época en la que vivió y logró construir una novela de contrastes, pues si bien Malintzin comparte en primera persona el mundo mesoamericano, también encontramos la visión española: un choque cultural que se nota en aspectos como la comida, la religión y la lengua.

Nos gusta contar la historia con héroes y villanos

Si bien Fernández tiene una predilección por los “villanos” reconoce que en realidad esta oposición entre bueno y malo dentro de nuestra historia es resultado de una visión oficial que buscaba la unidad nacional, sin embargo “hizo mucho daño porque los hizo personajes en dos dimensiones, personajes incapaces de redimirse, en el caso de los villanos, o de cometer errores en el caso de los héroes… eso hizo que tuviéramos una visión sesgada del pasado”.

Con relación a Malitzin, el escritor considera que el que sea parte vista todavía como la gran traidora nacional se debe a que “le hemos achacado muchas cosas que no nos gustan a nosotros como mexicanos”, inclusive llegamos a acuñar el término “malinchista” creyendo que la Malinche sentía admiración por Hernán Cortés por ser extrajero, cuando en realidad ella fue regalada como esclava sexual.

Fernández explica que son frecuentes dos imágenes de Malitzin, la primera una mujer sumisa y violada, como pondera Octavio Paz en “El Laberinto de la Soledad” y la segunda como una mujer malvada “casi una Mata Hari que manipulaba todo”, pero en realidad, para él ninguna de estas dos corresponde con esta mujer y añade que es producto del machismo mexicano que duda de la inteligencia e importancia de una mujer “estamos demeritando sus logros personales y achacandole unas razones que no corresponden al personaje ni a su momento histórico”.

Por lo anterior, Soy Malintzin presenta una versión de la Malinche como una mujer indígena que se convirtió en intérprete y diplomática y añade:

“Es importante contar esta historia precisamente porque no se ha contado bien, tenemos tantos mitos sobre el personaje, tantos traumas y tantas ideas erróneas que es momento ya de hablar del personaje histórico correcto y una vez que se humaniza y hacemos su historia sobre la mesa, que cada lector decida qué es este personaje o qué representa para ellos”.

El dolor de la conquista y las narrativas oficiales

Al preguntarle al escritor su opinión sobre la conquista el externó que es un “periodo doloroso”, pero más que exigir disculpas de España se debería buscar “la reflexión, cambiar la narrativa y entender el tiempo histórico” y con ello ser conscientes de las deudas culturales que existen entre ambas naciones:

“Si realmente hacemos esto, comprendemos a los personajes y sus tiempos históricos vamos a poder cerrar esas heridas del pasado ficticio y vamos a entender el pasado real y vamos a caminar sin mitos y traumas hacia un nuevo futuro”.

Asimismo, Fernández considera que lo que realmente hace compleja a la historia es que “puede haber tantas verdades y versiones como hay personajes en un momento histórico”, aunque reconoció que con frecuencia los grupos en el poder “toma su propia narrativa histórica, toma a sus héroes y sus villanos. Pasa con cada partido que entra y con cada presidente”, lo cual crea una narrativa sesgada.

Por lo anterior, Fernández declara que “yo no soy mucho de confiar en los discursos históricos de los políticos y creo que en general sirve a propósitos que son todo menos históricos”. Ejemplo de esto es que desde 2010 creó la cuenta satírica de Twitter @DonPorfirioDíaz, en donde suele relacionar lo que pasó en algún momento de la historia y el gobierno en turno.

Casi para concluir, Fernández comparte lo que le gustaría que un lector se lleve de su novela, especialmente que “cambiaran su percepción sobre Malitzin, que dejaran de verla como la traidora, que se diviertan con la novela, es una novela que tiene un ritmo muy rápido, intenté copiar el ritmo de una novela policiaca entonces son capítulos cortos y terminan de una manera abierta, entonces historia emocionante, divertida y si quieren aprender que aprendan o si no que disfruten.

El escritor compartió algunos consejos de escritura para los escritores noveles, destacando que confíen su intuición y que no se desanimen, pues dedicarse a escribir es un camino arduo:

“Escriban la historia que quieran leer, ellos son el primer lector, entonces que confíen en su instinto de lector para poder escribir y que no pierdan la esperanza, porque a veces escribir un libro es muy largo, pasan muchos meses y uno se va desanimando, pero vale la pena llegar al final y van a ver que podrán tocar las puertas de las editoriales para que el libro se publique, si se puede y estoy seguro de que lo va a lograr”.

AVC/Tania Rivera

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