Tras haber sido víctima de un asalto a mano armada junto con más de una decena de ciudadanos que viajaban sobre la autopista 150D entre los límites de los Estados de Puebla con Veracruz, el obispo de la Diócesis de Orizaba, monseñor Eduardo Cervantes Merino hizo un llamado a las autoridades para reforzar la seguridad.

“Es muy complicado dar abrazos cuando te tienen con los brazos levantados, en un acto de violencia no puedes bajarla en ese momento para el abrazo», dijo el prelado.

Afirmó que ha perdonado a sus agresores y pide a Dios que toque el corazón de quienes provocan sufrimiento para que el señor les dé el don de la conversión.

«Primero que nada que sientan que de mi parte tienen mi perdón, no hay rencor que no me parece a que haya sido de inicio el camino que merecen ellos, ni el trato que merece la gente que transita la carretera».

A través de un vídeo difundido en la página oficial del periódico Buena Noticia, medio oficial de la Diócesis de Orizaba, el prelado agradeció la preocupación mostrada de parte de ciudadanos que a través de redes sociales querían saber cómo se encontraba, narrando la experiencia vivida.

«Sucedió que veníamos en la carretera, tu sabes que bajando después de Esperanza hacia la parte de las Cumbres es que la niebla puede estar o no puede estar, esta vez sí estaba.

Íbamos atrás de un tráiler que se empezaba a hacer más lento el movimiento del tráfico el movimiento de los vehículos se detienen, ahí estábamos de 3 a 5 minutos cuando vemos en el carril de acotamiento va una familia de reversa pidiendo dejar pasar y dentro de la familia a una persona diciéndonos cuidado, cuidado un falso retén, cuidado, cuidado un falso retén, están asaltando. Ya después se deja venir un grupo de personas armadas y ya no nos dieron más opción, algunos pudieron correr de algunos coches».

Agregó que con palabras así agresivas solicitándonos sus pertenencias en concreto pedían los celulares y la cartera, y al momento de dar el reloj movió la mano y le pidieron el anillo, su insignia Episcopal.

Acentuó que no puede hacer una declaración ni de una denuncia formal ni nada porque son parte del Pueblo tanto él, como Obispo y los sacerdotes, sin embargo, pidió a las autoridades que hagan su trabajo lo mismo que la sociedad haga lo que le corresponde para construir un mundo cada vez más humano y fraterno.

«Yo lo que digo que lo que nos hace falta es una organización seria, lo que le está faltando hacer su tarea que me parece por lo que se escucha y lo que se vive o lo que nos tocó vivir que necesitan estrategias más adecuadas para la seguridad».

Incluso refirió que sigue haciendo oración por las personas que al igual que él vivieron este momento de inseguridad toda vez que este tipo de sucesos generan impotencia.

El líder de la iglesia católica, dejó en claro que, no se puede aplicar una política de abrazos a los delincuentes cuando se está siendo sometido con las manos en alto, «es muy complicado dar abrazos cuando te tienen con los brazos levantados, en un acto de violencia no puedes bajarla en ese momento para el abrazo».

Finalmente y en el marco de la Pascua del Señor, Cervantes Merino expresó que ni la violencia tiene la última palabra, «estamos llamados a vivir como hermanos, como hijos de Dios caminando al cielo pero haciendo un mundo más humano».

AVC

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