Durante las últimas semanas una de las noticias más reiteradas ha sido la crisis hídrica que enfrenta el Valle de México. Sin embargo, el problema es aún más grande: la sequía afecta de manera generalizada no sólo a México, sino al mundo entero.

En México, 76.21 por ciento del territorio sufre algún tipo de sequía. Así lo reporta el Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a través de su informe semanal más reciente.

Según un estudio publicado en la revista Nature, el 30 por ciento de los sistemas en el mundo sufre sobreexplotación y se encuentra en niveles críticos.

Para llegar a esta conclusión, un equipo de investigación de la Universidad de California, la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, la Universidad de Rutgers, el Colegio Universitario de Londres y la Universidad Rey Abdulaziz analizó 1,693 sistemas acuíferos y los datos arrojados por 170 mil pozos de seguimiento ubicados en 40 países alrededor del mundo.

El estudio detalla que “las rápidas disminuciones del nivel de las aguas subterráneas se han generalizado en el siglo XXI, especialmente en regiones secas con extensas tierras de cultivo”. De igual forma, “también se observa que la disminución del nivel de las aguas subterráneas se ha acelerado en las últimas cuatro décadas en el 30 por ciento de los acuíferos regionales del mundo”.

En este sentido encontraron que en el 30 por ciento de los sistemas acuíferos se aceleró el decremento del nivel de las aguas subterráneas. Además, la reducción en el nivel de aguas subterráneas de principios del siglo XXI superaron a las de finales del mismo.

Estas disminuciones, explican, son más del doble de las que se esperarían por fluctuaciones aleatorias, es decir, por motivos normales o naturales.

Mal aprovechamiento de agua se suma a las sequías

Otro punto que destaca el estudio es que cerca del 80 por ciento de los sistemas acuíferos que han mostrado descensos acelerados también experimentaron menos lluvias a lo largo del tiempo. Esto al mismo tiempo provoca tanto efectos directos (aumento en la extracción de agua), como indirectos (tasas reducidas durante las sequías).

Asimismo, los resultados muestran una relación directa entre las condiciones climáticas y la aceleración de los descensos del nivel de aguas subterráneas.

“Es probable que la aceleración de la disminución del nivel de las aguas subterráneas, independientemente de sus posibles causas, igualmente acelere las consecuencias de esos decrementos”. Esto incluye los hundimientos de la tierra y los pozos que se secan, advierten los especialistas.

¿Se puede revertir la crisis hídrica?

Afortunadamente el estudio también destaca buenas noticias. De todos los sistemas analizados, el 16 por ciento mostró que “el descenso del nivel de las aguas subterráneas se invirtió, definiéndose como los casos en los que el nivel de las aguas subterráneas disminuyó a finales del siglo XX, pero aumentó a principios del XXI”.

Por otra parte, en el 13 por ciento, “el nivel de las aguas subterráneas se incrementó tanto a finales del siglo XX como a principios del XXI”.

En otras palabras, y según el propio equipo de investigación, si se toman medidas oportunas es posible la potencial recuperación de los sistemas acuíferos agotados.

Reporte Índigo

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