Hay quienes se sorprenden porque ven una mala relación entre Rocío Nahle y Cuitláhuac García. No hay de qué sorprenderse ni la relación es mala, está como está desde hace un buen tiempo.

Desde que le quitaron a sus principales recomendados en el gabinete estatal y no la tomaron en cuenta para los nuevos nombramientos la relación Nahle-Cuitláhuac ya no fue igual aunque pareciera que sí.

Actualmente existe comunicación, buenas caras y mensajes de que no pasa nada, pues finalmente desean lo mismo, que ganen ella y Morena el mayor número de diputaciones, pero…

Rocío Nahle, la candidata de Morena a la gubernatura de Veracruz, y Cuitláhuac García, gobernador, están en un momento en que se necesitan.

La candidata sabe que requiere del respaldo del Gobernador para lograr el triunfo, en tanto el mandatario sabe que necesita que Nahle gane para no tener problemas él ni algunos de sus colaboradores.

Quienes han seguido a la exdiputada, senadora con licencia y exsecretaria de Energía comentan que entre otras características tiene la de ser desconfiada, ¿así que, qué confianza puede tener si las posiciones que pidió, por decir algo, la Secretaría de Salud (Roberto Ramos Alor) y la Secretaría de Turismo ( Xóchitl Arbesú) se las quitaron y después no hubo la deferencia de pedirle los nombres de los sucesores?

Claro, el defenestrado exsecretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, debió impulsar la idea de que si fallaron los recomendados entonces ya no había compromiso. La cuestión es que la recomendadora siempre se ha sentido en un nivel superior y la idea central en ese sentido era distinta: tú te quedas ahora, yo me voy cerca del Presidente y en seis años te relevo, mientras tanto te iré guiando, pero lo último tuvo sus alteraciones.

¿Y cómo olvidar que cuatro funcionarios del Gobierno del Estado y un diputado local tuvieron los arrestos para intentar quitarle la candidatura que, por su cercanía con el Presidente, siempre se dio como un hecho que era para la Secretaria de Energía?

Esto es lo que más debe estar presente en la desconfianza de Rocío Nahle, ¿cómo es que cinco elementos que no estaban a su nivel tomaron fuerza para pretender arrebatarle lo que sabían era suyo?

Y todavía uno, el exsecretario de Gobierno, su recomendado, su operador al inicio de este gobierno, se fue a las últimas consecuencias y decidió (¿por si solo?) que participaría en la encuesta de Morena para nominar al candidato, siendo enviado al tercer sitio.

Por eso no es de extrañar la raya pintada contra todos los locales, quienes han sido enviados a hacer talacha o a no tener contacto con la campaña.

Por eso es que en los días que corren se ven algunas situaciones “raras”, pues es la hora de demostrar lealtades y éstas finalmente no siempre se muestran con quien se creía que estaban. Así ha sido, es y seguirá siendo la política.