A medida que subimos a bordo de un avión , nos familiarizamos con una serie de instrucciones pre-vuelo que parecen tan rutinarias como necesarias para nuestra seguridad. Entre ellas, se encuentra la solicitud de activar el modo avión en nuestros dispositivos electrónicos. Pero ¿cuál es la verdadera razón detrás de esta medida y qué sucede si decidimos ignorarla?

Desde la década de 1920, la navegación y las comunicaciones aéreas han dependido de servicios de radio coordinados para minimizar las interferencias. Aunque la tecnología digital actual es avanzada y se redujo el riesgo de interferencias electromagnéticas con los sistemas de comunicaciones y navegación del avión, la precaución sigue siendo primordial. En la década de 1990, investigaciones de la FAA y Boeing concluyeron que los dispositivos electrónicos personales no representaban una amenaza significativa para la seguridad aérea durante las fases no críticas del vuelo. Sin embargo, el despegue y el aterrizaje, siendo momentos de alta sensibilidad, requieren medidas adicionales de precaución.

Las interferencias en tierra y aire

Una de las preocupaciones persistentes no se encuentra en el cielo, sino en tierra. Las redes inalámbricas terrestres podrían sobrecargarse si los pasajeros a gran altura utilizan sus teléfonos sin restricciones (sin modo avión), especialmente considerando el volumen de viajeros anuales. Además, la introducción de las redes inalámbricas 5G generaron inquietudes en la industria de la aviación debido a la proximidad del espectro de banda ancha 5G con el reservado para la aviación, lo que podría interferir con los sistemas de navegación cerca de los aeropuertos.

Más allá de las consideraciones técnicas, existe un aspecto social crucial en la recomendación de activar el modo avión. La posibilidad de realizar llamadas o videollamadas durante el vuelo podría transformar la experiencia de viaje en un desafío para la convivencia y la prestación de servicios a bordo, según algunos expertos. En un entorno ya propenso a la “furia aérea” y a comportamientos disruptivos, permitir el uso libre de teléfonos podría exacerbar las tensiones y alterar significativamente la armonía a bordo.

Aunque técnicamente el uso de teléfonos móviles durante el vuelo puede no comprometer la operatividad de la aeronave, existen razones válidas tanto técnicas como sociales para mantenerlos en modo avión. La convivencia a bordo y la minimización de posibles interferencias justifican esta medida, que aunque pueda parecer una mera formalidad, es una contribución esencial a la seguridad y el bienestar de todos los pasajeros a bordo. Mientras la investigación continúa adaptándose a las innovaciones tecnológicas como el 5G, el utilizar estos dispositivos y seguir las normas establecidas seguirán siendo siempre una mejor opción mientras se viaja en el cielo.

ADN40

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