Desde mediados del mes de diciembre, el nacimiento de la familia Pozos Galván diariamente es visitado por decenas de personas que sienten nostalgia por esta tradición que está a punto de perderse.

Artemio Pozos Galván relata que ya son tres generaciones en la familia que año con año ponen el nacimiento, desde su abuelo paterno, quien con la ayuda de motores, lo hacía lo más cercano a la realidad y le daba movilidad.

Este nacimiento está a la vista de la gente desde hace aproximadamente ocho años, además de que son cientos de figuras las que lo conforman y que se han sumado a la colección con el paso de los años, alcanzando seis metros lineales y tres de fondo.

Pero uno de los principales atractivos de esta obra de arte es que la mitad derecha está dedicada al antiguo testamento y la izquierda al nuevo, y cuenta con un paraíso, con la presencia de Adán y Eva, y un infierno, que representan al bien y al mal.

En total se muestran los pasajes bíblicos, entre otros, el diluvio, el arca de Noé, la anunciación, el empadronamiento, la posada, el nacimiento, la aparición del ángel, la huida a Egipto, la presencia del rey Herodes, la presentación del niño en el templo, con los sacerdotes, la conversión del vino en agua, la multiplicación del pan, la pesca milagrosa, el bautizo de Jesús y varios más.

Este nacimiento se instaló una semana antes del 16 de diciembre, para que esté listo desde la primera posada y se retira después del 2 de febrero.

Pozos Galván reconoce que este nacimiento es parte de la ruta turística xiqueña, pues por su magnitud recibe la visita de mucha gente en el mes de diciembre.

AVC

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