Apesar de los avances en las inmunoterapias, más del 80% de los cánceres de mama avanzados no responden a estas terapias, dejando a los pacientes con opciones limitadas y enfrentando la amenaza de metástasis.

Sin embargo, una nueva investigación llevada a cabo por un equipo de la Universidad de Stanford y el Instituto Arc ha identificado una proteína clave, llamada ENPP1, que podría revolucionar el tratamiento del cáncer de mama.

El estudio, liderado por el profesor asociado de bioquímica en Stanford, Lingyin Li, y publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences el 20 de diciembre, reveló que la ENPP1 actúa como un interruptor de encendido/apagado que controla la resistencia del cáncer de mama a la inmunoterapia y su capacidad de metastatizar.

Esta nueva comprensión podría abrir la puerta a terapias más efectivas y a una mejor predicción de la respuesta del paciente a los tratamientos existentes.

Las inmunoterapias, como el pembrolizumab (Keytruda), han mostrado éxito al bloquear interacciones que amortiguan el sistema inmunológico. Sin embargo, su eficacia depende de que las células T, un tipo de célula inmunitaria, penetren el tumor. Los cánceres de mama y otros tipos de tumores “fríos” carecen de infiltración de células T, haciendo que las inmunoterapias sean menos efectivas.

La investigación de Li comenzó con el cGAMP, una molécula producida cuando el ADN de las células se daña, como ocurre en las células cancerosas. Li descubrió que la proteína ENPP1 devora estas señales moleculares de “peligro”, manteniendo así los tumores fríos. Al analizar los niveles de ENPP1 en pacientes con cáncer de mama, los investigadores encontraron una correlación directa entre niveles elevados de ENPP1, resistencia a la inmunoterapia y una alta probabilidad de metástasis.

Inhibir la metástasis

Lo más sorprendente fue la conclusión de que ENPP1 no solo es crucial en los tumores primarios, sino también en las metástasis, y su presencia no se limita a las células cancerosas, sino que también se encuentra en células sanas alrededor del tumor. “ENPP1 actúa como una gran presa en la cima de la cascada”, explicó Li, destacando su papel fundamental en el bloqueo de la respuesta inmunitaria.

El equipo de investigación, en colaboración con la Universidad de San Francisco, realizó estudios con ratones que demostraron que eliminar completamente ENPP1 o inhibir su capacidad de masticar cGAMP en células normales y cancerosas resultó en una disminución del crecimiento tumoral y metástasis. Esto confirmó que ENPP1 desempeña un papel crucial en la vía STING, una cascada de señales que conducen a la respuesta inmunitaria.

Este descubrimiento no solo ofrece una nueva esperanza para los pacientes con cáncer de mama, sino que también sugiere que la ENPP1 podría desempeñar un papel clave en otros tipos de tumores “fríos”, como el cáncer de pulmón, el glioblastoma y el cáncer de páncreas. Lingyin Li alienta a los médicos a investigar más a fondo el papel de ENPP1 en los resultados de los pacientes.

Además, este avance permite a los médicos utilizar los niveles de ENPP1 para personalizar el tratamiento y prever la respuesta del paciente a la inmunoterapia. También se abren posibilidades para el desarrollo de medicamentos que apunten a ENPP1, mejorando la efectividad de las terapias existentes. Varios inhibidores de ENPP1 ya se encuentran en desarrollo clínico.

En resumen, este importante descubrimiento no solo arroja luz sobre la resistencia del cáncer de mama a la inmunoterapia, sino que también presenta nuevas oportunidades para el tratamiento personalizado y la mejora de la efectividad de las terapias existentes en la lucha contra diversos tipos de cánceres “fríos”. La investigación liderada por Lingyin Li marca un paso significativo hacia un enfoque más preciso y efectivo en la batalla contra el cáncer.

laopinion.com

Conéctate con Formato7:

APUNTES | La FGE contra los Yunes