Por si alguna duda estaba en el aire, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, se encargó de dejar claro que será la próxima candidata de Morena a la gubernatura de Veracruz.

De no tener la aprobación de su jefe, el presidente López Obrador, la funcionaria responsable del proyecto de la refinería de Dos Bocas jamás hubiera confirmado su disposición para aparecer en las boletas de la elección de 2024.

Las palabras de Nahle no encierran una sorpresa, porque prácticamente desde que rindió protesta el actual gobernador, Cuitláhuac García, a ella se le ha manejado como una posibilidad para la sucesión de 2024.

Hoy podríamos decir que la senadora con licencia por Veracruz está en la antesala de la postulación al gobierno estatal por Morena.

Lleva una ventaja competitiva, con relación al resto de las cartas de la 4T: es más conocida y cercanía con el círculo cercano del presidente. Además, se le identifica como parte del grupo político de la virtual candidata de su partido, Claudia Sheinbaum.

Por si fuera poco, Nahle cuenta con el apoyo y acuerdos de los cuadros más importantes de Morena en la entidad, incluyendo al gobernador del Estado, y por supuesto a las posiciones importantes del movimiento: los secretarios de Educación, Zenyazen Escobar, y Finanzas, José Luis Lima; el subsecretario Eleazar Guerrero, de la organización Unidos Todos; y el diputado Juan Javier Gómez Cazarín, presidente de la JUCOPO en el Congreso del Estado.

No sólo eso: la secretaria de Energía resuelve en parte para Morena el tema de la equidad de género, que implica la necesidad del partido de postular a mujeres en al menos la mitad de los cargos en disputa.

Lo único que provocaría su inesperada exclusión del proceso de 2024 sería una orden presidencial para que concluya su encargo en la Refinería Olmeca de Dos Bocas, que a pesar de los anuncios oficiales, todavía no funciona; y probablemente no lo hará, sino hasta el próximo año.

Sin embargo, se observa poco probable que López Obrador se incline por una opción diferente a Nahle.

No hay que perder de vista que, al menos en Veracruz, al interior de Morena ningún personaje, sin excepción, asumiría una actitud rebelde frente a una orden del presidente con respecto a la candidatura: no lo haría Cuitláhuac García, ni Gutiérrez Luna, ni Manuel Huerta. Todos se plegarían.

En Veracruz, además, no se espera que ocurra lo mismo que en Coahuila en las elecciones de 2023; aquí no surgirá una figura como la de Ricardo Mejía, que al ser postulado por el PT, fragmentó el voto de la 4T (se llevó el 13 por ciento de los sufragios) y con ello facilitó las cosas a Manolo Jiménez, de la alianza PAN-PRI-PRD, para terminar hundiendo al morenista Armando Guadiana.

De esa forma, puede anticiparse que Nahle será candidata y tendrá, como muy probable adversario político, a José Francisco Yunes Zorrilla, del Frente Amplio por México,

Además de ellos, que partirían como punteros en este proceso, participarán José Manuel del Río, de Movimiento Ciudadano; y el candidato o candidata de Fuerza por México, si es que este partido político estatal no termina por adherirse a la 4T.

@luisromero85