Nadie en su sano juicio dejaría de hacer algo para salvarse si, por alguna circunstancia, estuviera ante un grave peligro. Eso es lo que se cree, pero…

Generalmente es lo que se hace, pero solo ante amenazas muy tangibles.

Si hay una balacera cerca de nosotros, a veinte metros enfrente, pues trataríamos de correr hacia el punto contrario o hacia donde nos sintiéramos menos vulnerables. Sería de locos avanzar hacia donde disparan.

Sin embargo, cuando las amenazas no son de esa naturaleza volteamos para otro lado y pensamos que a nosotros no nos afectará o sin conciencia caminamos hacia la fuente de peligro.

Así nos pasa con la falta de agua. En muchos lugares es ya un asunto de vida o muerte, pero poco nos importa.

En Xalapa, Banderilla, Emiliano Zapata, Veracruz, Boca del Río, Perote y otros lugares actuamos en forma absurda.

Veamos cómo ha evolucionado el problema de la falta de agua en Xalapa. La primera vez que se aplicaron los tandeos fue en 1983, hace 40 años. Era alcalde Ignacio González Rebolledo y síndico Armando Méndez de la Luz. La capital recibía 450 litros por segundo, pero la demanda en el estiaje de ese año subió a 700 litros, por lo que debió racionarse la distribución.

El Ayuntamiento integró una comisión para el uso racional del agua y hubo una fuerte campaña para concienzar a la población sobre el uso del líquido.

Cuatro años después, siendo gobernador Fernando Gutiérrez Barrios, fueron iniciados los trámites para traer mil litros por segundo del río Huitzilapan, gestión que concluyó el sustituto de FGB, Dante Delgado. Xalapa tiene asegurada agua hasta el año 2000, se dijo.

Casi una década después de iniciados los tandeos, estando como alcalde Méndez de la Luz, con el respaldo del entonces secretario de Desarrollo Social, Luis Donaldo Colosio, fue construida la primera fase de una planta potabilizadora, con una capacidad de 500 litros por segundo.

Otra obra hidráulica para Xalapa, en el ramo de saneamiento, se inició en el gobierno municipal de Reynaldo Escobar, en los primeros años del 2000.

Y ahora, cuatro décadas después del primer tandeo en la capital, nos encontramos con que, en esta temporada de estiaje, solo hay capacidad para abastecer de agua al 60 por ciento de la población, lo que ha generado una crisis traducida en que en diversos sectores de la ciudad falta el agua durante cinco, diez días o hasta por dos semanas y por lo tanto hay protestas y bloqueos en calles.

El alcalde Ricardo Ahued dice que se requieren alrededor de mil 900 millones de pesos para darle solución al problema del abasto del líquido. Es mucho dinero.

Soy de la opinión que ante un problema de este calibre, que irá agudizándose, no hay de otra más que hacer las obras necesarias y si eso implica solicitar créditos, pues que se pidan.

Debería ya iniciarse el proyecto, pedir el préstamo y hacerse las obras ¿o hay otro asunto más importante para los xalapeños y habitantes de los municipios conurbados?

¿Y en tu casa, qué haces como persona y como familia para ayudar mitigar este grave problema? ¿Haces algo o volteas hacia otro lado?

 

M°1

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