Los altos índices de violencia registrados a diario en Veracruz que va desde desapariciones, asesinatos, feminicidios y secuestros colocan a las familias veracruzanas en una situación de “Sometimiento” que debe atenderse desde un enfoque social y económico, señaló el académico la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana (UV) Gualberto Díaz González.

Explicó que se vive una violencia económica entendida como la falta de oportunidades, de empleo, de educación, de recreación, de salud, lo que se traduce en índices delictivos y en descomposición social.

“Es un problema muy complejo que debe atenderse desde incentivar el campo, que la gente tenga oportunidad de hacer crecer el cultivo de la milpa, eso es muy importante, y que los jóvenes tengan la oportunidad de ir a la escuela, que aprendan oficios; los cambios son lentos, pero se tiene que comenzar para que los jóvenes tengan empleo y estudio”.

A la pobreza, la falta de oportunidades para estudiar, sin Centros de Salud, y a la falta de recreación y deportes, se le agrega la nula información del daño que ocasionan las drogas y las que tienen fácil acceso los menores de edad, refirió.

“Hay desinformación del consumo de sustancias, de lo perjudicial que son para la salud, es un problema de educación, de atención en salud, de ayudar a la población vulnerable. ¿Un robo para conseguir droga? Lo hemos visto ciento de veces no sólo en Veracruz, en todo México, se debe atender de manera integral” explicó.

Lamentó que en México continué el abandono en el campo mexicano, el cual se ve reflejado en la pobreza de las familias, la cual se agrava con los índices inflacionarios a nivel mundial ocasionado por la guerra en Ucrania.

“Los índices inflacionarios a nivel mundial que ha traído esa conflagración nos impacta a los países en desarrollo, la inflación esta asociada con la falta de suministros, granos etcétera y en México estamos sometidos desde el año pasado a una inflación acelerada que se traduce más en la brecha de marginación social en la que México está en los últimos sexenios” detalló.

Puntualizó que las regiones dónde habitan familias indígenas han sido históricamente abandonadas por administraciones de gobierno, incluso visitar esas zonas es cómo ingresar a otro país.

“Ahí los niños tienen acceso a los videojuegos en una tienda, pero no tienen acceso a la alimentación, a educación básica, a recreación. Uno va a esos lugares tan apartados que si venden Coca- Cola, pero los niños no pueden ir a la escuela. Es un problema complejo que se tiene que traducir en acciones, el discurso oficial debe traducirse en hechos” indicó.

AVC

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TEXTO Y CONTEXTO | Con mucha educación, el Tercer Informe