Las oraciones del Padre Nuestro y Ave María que salen del interior de la basílica menor de Nuestra Señora de Guadalupe se pierden con los gritos de las y los vendedores instalados en las calles Mártires de Xalapa y Unión.

Un niño de apenas 11 años, junto con su padre, grita a todo lo que da “globos de a 30 pesos”; otro más ofrece hot-dogs y uno más exclama para vender las nieves.

En contraparte, desde una bocina sale la voz de una mujer católica que eleva la oración del Padre Nuestro, pero que por segundos deja de escucharse en las escalinatas de la iglesia por la débil bocina y porque se oyen más fuertes los gritos de los vendedores.

En las calles inmediatas a la iglesia como Venustiano Carranza y Atletas se ven más puestos con venta de ropa, zapatos, juegos electrónicos, cobijas, pan, tacos, cervezas, cazuelas, plata y juguetes que peregrinos.

Los vecinos de las calles han aprovechado el tumulto y colocaron una mesa afuera de su casa con venta de pambazos, sandwiches, refrescos, postres y de paso dan el servicio de uso del sanitario en cinco y diez pesos.

Es notable en las calles que sólo una que otra persona respetó el ordenamiento de usar el cubrebocas dentro y fuera de la basílica menor, proferido por Protección Civil municipal; la mayoría camina, compra, platica, ríe sin protección.

Las niñas vestidas de “inditas” y los niños de “inditos” van de la mano o cargados en el regazo y sobre los hombros de sus madres y padres; tratan de asomar su cara entre la gente que se abre paso para llegar a la basílica menor.

En todas las calles se han desplazado por lo menos 200 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), de Fuerza Civil y de la Dirección de Seguridad Ciudadana municipal, así como de Policía Vial, y las direcciones de Tránsito y la de Transporte.

En la esquina de la calle Mártires de Xalapa y Unión se ven las ambulancias de Cruz Roja y otras corporaciones de socorristas, así también camionetas y personal de Protección Civil.

El equipo de las y los feligreses, en coordinación con autoridades de la basílica menor de Nuestra Señora de Guadalupe, se organizaron para dar de comer a los policías, a los de Protección Civil y todo aquel servidor público que labore en esta fiesta de fe.

AVC

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