El MIT ha elegido una antigua planta de carbón al norte de Nueva York para instalar su pozo geotérmico piloto que podrá empezar a producir energía ilimitada en solo cuatro años

El revolucionario sistema creado por investigadores del MIT para obtener electricidad ilimitada y sin emisiones en cualquier parte del mundo está ahora mucho más cerca de convertirse en realidad. Su planta piloto estará situada al norte del estado de Nueva York y sus promotores aseguran que podrá producir electricidad en solo cuatro años.

Paul Woskov es investigador del Centro de Ciencia del Plasma y Fusión del MIT. Su investigación en el campo de la fusión nuclear le llevó a pensar que los girotrones que usaba en sus experimentos podrían servir también para hacer perforaciones mucho más profundas que las que se consiguen con los métodos mecánicos convencionales.

«[Los girotrones] no han sido muy publicitados en la comunidad científica en general, pero los que nos dedicamos a la investigación de la fusión comprendimos que son fuentes de haces muy potentes, como los láseres, pero en un rango de frecuencias diferente», dice Woskov. «Pensé: ¿por qué no dirigir estos haces de alta potencia, en lugar de hacia el plasma de fusión, hacia la roca y vaporizar el agujero?».

Su descubrimiento llamó la atención de dos antiguos alumnos del MIT que decidieron fundar una compañía llamada Quaise Energy para explotar su potencial en un campo olvidado de las energías renovables, la energía geotérmica. Esta forma de energía aprovecha las altas temperaturas del interior de la Tierra para generar electricidad y es una fuente 100% sostenible e inagotable, pero no se ha extendido mucho debido a la complicación que supone encontrar lugares profundos para hacer las perforaciones. Islandia, por ejemplo, consiguió el 65% de su energía en 2016 a través de esta fuente ya que no necesita perforar a demasiada profundidad para generar calor.

Como ya contamos en Novaceno cuando hablamos por primera vez de este sistema, Quaise ha creado una tecnología de perforación por ondas submilimétricas que son capaces de vaporizar cualquier tipo de roca con facilidad. Mientras que los sistemas mecánicos no son capaces de sobrepasar los 10 kilómetros de profundidad, el nuevo sistema puede llegar a realizar pozos de 15 y 20 kilómetros sin problemas. Estos pozos, aseguran, darán acceso a las altas temperaturas del interior de la Tierra y serán capaces de alimentar a toda la población mundial durante 20 millones de años sin desestabilizar el planeta, ya que, según afirman, solo requieren el 0,1% de su energía.

Ahora, Quaise ha encontrado el lugar perfecto para poner a prueba este sistema: una antigua planta de carbón al norte del estado de Nueva York que sigue conectada a la red eléctrica y que tiene una turbina totalmente funcional. La compañía pretende empezar a producir electricidad de esta planta piloto para 2026 y asegura que si son capaces de hacerlo funcionar allí, este mismo sistema se podría utilizar en todas las plantas de gas y carbón del mundo.

«Esto sucederá rápidamente una vez que resolvamos los problemas más inmediatos de ingeniería para transmitir un haz limpio y hacer que funcione con una alta densidad de energía sin averías», explica Woskov, que no trabaja para Quaise, pero actúa como asesor. «Será rápido porque la tecnología subyacente, los giroscopios, están disponibles comercialmente. Se puede hacer un pedido a una empresa y recibir un sistema ahora mismo. Es cierto que estas fuentes de rayos nunca se han utilizado las 24 horas del día, pero están diseñadas para ser operativas durante largos periodos de tiempo. Creo que en cinco o seis años tendremos una planta en funcionamiento si resolvemos estos problemas de ingeniería. Soy muy optimista».

El girotrón que utiliza Quaise es mucho más grande que el que usaba Woskov en sus experimentos. Con esta máquina esperan vaporizar un agujero de una profundidad 10 veces superior a la de los experimentos del investigador. Si lo consiguen, estiman que podrán hacerlo a finales de este año, probarán el año que viene a perforar un agujero 10 veces más profundo que el anterior.

Pero los problemas de ingeniería a los que se refiere Woskov también preocupan al Departamento de Energía de los EEUU, que ha concedido una beca a Quaise para desarrollar su sistema. Quedan por resolver cuestiones como qué pasará con la presión que sufrirán los pozos a tanta profundidad, cómo eliminarán el material que se acumule o cuál será el mejor revestimiento para mantener el pozo estable y abierto.

Matt Houde, uno de los fundadores Quaise, piensa que la estabilización del pozo se podrá conseguir en un par de años con nuevos modelos informáticos. Además, trabajar en viejas plantas de energía les permitirá avanzar más rápido que si las tuvieran que construir de cero. Según Houde, con este sistema se puede producir una temperatura de vapor similar o superior al calor con el que funcionan las centrales eléctricas actuales de carbón y gas.

«En la última década se han producido enormes avances en materia de energías renovables, pero el panorama actual es que no estamos yendo lo suficientemente rápido como para alcanzar los hitos que necesitamos para limitar los peores impactos del cambio climático», afirma Houde. «Es un recurso energético que se puede aplicar en cualquier lugar y tiene la capacidad de aprovechar la gran fuerza laboral que hay en la industria energética y reciclar fácilmente sus habilidades para una fuente de energía 100% libre de carbono».

elconfidencial.com

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