Cuando AMLO abordó que Enrique Peña había comprado una residencia en España y contaba, (por ello), con la visa dorada correspondiente, pidió “no meterse de más con él”, pues lo que “hiciera con su dinero no debía distraerlos de los temas realmente importantes”, y que para acabar pronto, “ya tenía conocimiento del asunto desde antes”.

En dicha reunión se reiteró, por enésima vez, que más allá del revuelo que pudiera causar la información, (y de lo que pensara cada quien respecto al tema de manera personal), al expresidente no se le tocará ni mandará a traer por asunto penal alguno, “aunque eso pudiera generarles agruras o urticaria”.

“AMLO instruyó centrar las baterías en Calderón y no en Peña Nieto”, me indican fuentes en Palacio Nacional, pues desde su punto de vista y poniendo el hígado de por medio, “los que mandan” consideran que fijar la mira en el expanista resultará más redituable rumbo al 2024.

Sin embargo, AMLO volvió a preocuparse porque EPN no le adelantó el dato de “manera personal”, teniendo que enterarse “por otra ruta” un par de días antes de publicarse en El País. No olvidemos que cualquier alejamiento del mexiquense tensa, (en automático), las oficinas de Palacio Nacional, pues existen cuando menos doce videos en su poder que pondrían de cabeza al tabasqueño.

En ese cónclave se aprovechó para reiterar que, (bajo ninguna circunstancia o situación), Peña será juzgado formalmente durante su administración, así como varios de sus colaboradores más cercanos, aunque insista un buen sector de la opinión pública. El acuerdo es inamovible.

Y es que como se ha hecho popular en nuestro país, la visa dorada es un permiso especial para inversionistas que compran inmuebles de al menos 500,000 euros en España, (alrededor de unos 10.5 millones de pesos). De hecho, dicho documento vence en el mes de octubre de este año, y después de ello, Enrique Peña podrá renovarlo, o bien, solicitar la nacionalidad ibérica.

Lo que más contrarió al presidente López Obrador fue que Peña no le comentara, (como atención personal), que había adquirido un inmueble en aquel país desde el 2020, pues habían acordado que, (derivado del pacto de caballeros signado en el 2018), se contarían cualquier detalle que pudiera ser “sorprendido” por los medios de comunicación.

Además, de un tiempo para acá, cada vez que Peña no confía a AMLO alguno de sus movimientos “dignos de compartirse”, el tabasqueño se preocupa, pues así, de esa misma manera, EPN podría dar a conocer alguno de los “renombrados” videos que tiene en su poder.

Veremos qué ocurre.

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