El obispo de la diócesis de Veracruz, Carlos Briseño Arch, celebró una misa en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción para pedir por la paz en Ucrania a convocatoria del Papa Francisco.

Al inicio de la misa, se anunció que se consagraría a Rusia y a Ucrania al Sagrado Corazón de María en la ceremonia religiosa.

“Hermanos y hermanas, en el contexto del camino cuaresmal, hoy celebramos la solemnidad de la anunciación del Señor, en la que recordamos agradecidos cómo Dios invisible movido de amor en Jesucristo habla a los hombres como amigos.

“Hoy también celebrando el día de la vida, desde este lugar, nos unimos en oración como cuerpo místico de Cristo al Papa Francisco en la consagración que ha hecho de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de la Virgen María. Que este acto de encomienda nos anime a seguir siendo constructores del reino y nos alcance a todos los pueblos la paz que viene de Dios.”

Durante la homilía, el obispo invitó a los católicos a despojarse de odios, resentimientos, coraje, violencia, envidia y venganza.

Además, Carlos Briseño Arch recomendó a los fieles presentes ser defensores de la vida en un ambiente de cultura de la muerte.

“Nosotros tenemos que ser testigos y defensores de la vida desde la concepción hasta su muerte natural. Y no podemos potenciar o fomentar o alimentar nada que alimente precisamente algo que vaya contra la vida de cualquier ser humano”, expresó.

En la oración universal, se oró por Rusia, Ucrania y por todos los pueblos de la tierra para que no se pierda la esperanza en un rayo de conciencia de quienes tienen el destino del mundo en sus manos.

“Nosotros tenemos que orar, trabajar cada uno, desde nuestra propia realidad, ir trabajando por fomentar la paz, no solo con nuestra oración, sino también con nuestra acción, en cosas concretas, con nuestra familia, las personas con las que convivamos, en nuestra sociedad”, dijo el obispo en entrevista a los representantes de los medios de comunicación.

AVC

Conéctate con Formato7:

HORA LIBRE | Violencia criminal, la más grave materia pendiente