A más de dos años del inicio de la pandemia, las secuelas a largo plazo del COVID-19 comienzan a ganar terreno. Un estudio realizado en más de 150 mil personas con antecedentes de infección por SARS-CoV-2 detectó que, hasta un año después de haber pasado la enfermedad, tenían más de un 60 por ciento de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Una cifra que, según expertos sería inferior gracias a las vacunas contra el coronavirus.

El estudio, que fue publicado en la revista Nature Medicine y se basó en los datos relevados por el Departamento de Asuntos de Veteranos de Estados Unidos a más de 153.000 veteranos con antecedentes de haber padecido COVID-19. Entre las patologías coronarias que enumeraron en el documento se encuentran: enfermedad cardíaca inflamatoria, insuficiencia cardíaca, arritmia, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y coágulos a largo plazo, además de embolias pulmonares. Incluso destacaron que cuanto más grave había sido el cuadro de COVID-19, las posibilidades de desarrollar estos cuadros también se incrementaban.

Sin embargo, los expertos advierten que este estudio se realizó en personas que no estaban vacunadas, por lo cual resaltaron la importancia de la vacunación.

“Hay una extensa bibliografía que ha demostrado que el incremento del uso de la vacunación en la población reduce tanto la morbi-mortalidad directa del virus como de sus consecuencias. Definitivamente, prevenir el COVID-19 o sus formas graves también reduce los efectos adversos más graves, como son la miocarditis o los eventos vasculares relacionados al COVID y refuerza la indicación de vacunación. No solamente para prevenir las consecuencias extra cardiovasculares, sino también las cardiovasculares”, afirmó Pablo Lamelas, cardiólogo intervencionista (MN 129.220) del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).

En ese sentido, Enrique Baldessari (MN 79768), Jefe del departamento de Medicina Interna y responsable del Programa de atención integral post Covid de la Fundación Favaloro, explicó: “Pueden tener un mayor riesgo, pero eso no quiere decir que lo van a tener”. “En este análisis excluyeron a los pacientes vacunados y los datos corresponden a la primera etapa de la pandemia donde no solo los tratamientos eran diferentes, porque se realizaban otros enfoques; sino que además sabíamos mucho menos”, agregó.

Las vacunas como herramientas preventivas para las enfermedades cardíacas

Más allá de los datos divulgados, lo cierto es que no solo el COVID-19 puede desencadenar eventos cardíacos, sino que “otras enfermedades inflamatorias o infecciosas, como puede ser una simple gripe, también incrementan el riesgo de infarto en agudo, cerca del episodio de gripe o alejado, porque al igual que con el COVID-19 se inflaman las arterias y el resto del cuerpo, y se puede gatillar un evento cardiovascular”, explicó Lamelas.

De todas maneras, señaló que “las consecuencias del COVID se pueden extender en el tiempo y el caso de la enfermedad cardiovascular no es la excepción”. Según señaló, esta situación que se detectó en el coronavirus (además de otras enfermedades infecciosas o inflamatorias) se debe a que el virus “puede atacar directamente las células que componen el corazón, que es un efecto adverso raro y se da en aproximadamente un 2 o 3 por ciento de los pacientes con COVID-19″. En tanto, aseguró que se pueden padecer estos episodios por el estado inflamatorio que provoca el COVID.

Tanto el cardiólogo del ICBA como el jefe del departamento de Medicina Interna de la Fundación Favaloro aseguraron que las vacunas son herramientas preventivas para el COVID y sus consecuencias.

“Las vacunas son esenciales y son seguras. Nunca en la historia de la humanidad se probó una vacuna como ahora, pero no sabemos aún cuál será su influencia en los eventos cardiacos post COVID. Esas son preguntas que se van a resolver con el tiempo. Todos nos tenemos que vacunar y de eso no quedan dudas. Pero cómo van a proteger al organismo en el largo plazo, por ejemplo, o por cuánto dura la efectividad son preguntas que se analizarán con el tiempo; tienen que pasar años”, aseguró Baldessari.
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