Este jueves en Tuxpan, miel le faltó al gobernador Cuitláhuac García para embadurnársela al presidente López Obrador al manifestar que va a ser el mejor presidente en la historia de México, pero además “el mejor presidente de Latinoamérica y uno de los mejores del mundo”.

Dijo que algunos lo critican porque es un gobernador que habla mucho del presidente, “pero cómo no voy a hablar de nuestro presidente, ¿cómo no voy a hablar bien?” Y tiene razón. Si te hubieran regalado una gubernatura también hablarías bien del presidente ¿o no, lector?

Pero Cuitláhuac no es el único, así como Andrés Manuel tiene sus detractores, también tiene a sus fieles seguidores que son los que lo mantienen con un promedio de popularidad del 65 por ciento a pesar de todos los pesares.

Hay que reconocerlo, el presidente es un consumado mentiroso con muy buena suerte.

Luego de que la economía entrara en recesión al hilar su segunda caída trimestral, dijo que no hay recesión y punto. En su conferencia mañanera sacó el ábaco, quitó aquí, puso allá y declaró que la economía crecerá “cinco por ciento, para que se enojen (los conservadores), porque los expertos nos están dando cuando mucho 2.5 y yo planteo 5. Tengo información y además soy optimista. Imagínense a un gobernante pesimista, no… y de una vez les digo, 5 por ciento para el 2023 y 5 por ciento para el 2024”.

Es decir, la economía crecerá por decreto.

La mentira es hasta burda, pero sus fieles que lo aman le creen. Y eso le basta y le sobra a Andrés Manuel.

Y ya que estoy tocando el tema, ¿qué lugar en la historia de Veracruz ocupará Cuitláhuac García?

La pregunta es interesante y ojalá se la planteen los compañeros reporteros. “Señor gobernador ¿cómo piensa pasar a la historia?” o “A título personal, ¿se considera usted un gobernador bueno, regular o malo?”.

Sí, sería interesante.

Antes de que comenzaran las arbitrarias detenciones por ultrajes a la autoridad, la popularidad de Cuitláhuac ya estaba en los últimos lugares de la tabla. ¿Cómo estará ahora?

Esto lo pregunto porque un día un columnista chilango me dijo: “Veracruz ha tenido gobernadores excelentes, buenos y regulares. Pero también los ha tenido malos, malísimos, pésimos, peores… y a Cuitláhuac”.

Y ni cómo rebatirle.

El lugar que ocupe Andrés Manuel López Obrador en la historia lo dirá la propia historia y no los seguidores del tabasqueño.

El problema es Cuitláhuac, ¿cómo lo tratará la historia que a la hora de calificar no se anda con fregaderas?

Si el presidente es admirado por miles, a Cuitláhuac apenas lo alaban un puñado de sus incondicionales. Pero ninguno se ha atrevido a decir que es el mejor gobernador.

Hasta él debe saber que jamás estará junto a Adolfo Ruiz Cortines, Rafael Murillo Vidal o Rafael Hernández Ochoa, sólo por citar a tres.

Aquí el asunto será saber qué tan hondo caerá al hoyo, al fango de la historia, donde lo están esperando Fidel Herrera y Javier Duarte, sólo por mencionar a dos.

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