Xalapa, Ver.- El confinamiento y las medidas preventivas para evitar el contagio de covid-19 han provocado la transformación de los ritos funerarios en el país, pero ha hecho evidente las brechas de desigualdad entre las personas en el acceso a las tecnologías que se han implementado para migrar al “mundo digital”.

Durante el conservatorio “Muerte, tecnología y pandemia” del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación de la Universidad Veracruzana, la encargada del Archivo Histórico de la Catedral Metropolitana de Xalapa, Liliana Cañedo Morales, señaló que a fin de mantener la llamada “sana distancia” la Iglesia católica ha tenido que migrar a plataformas digitales para realizar misas o rituales, pero la feligresía adulta mayor enfrenta dificultades para su acceso y adaptación.

“Los sacerdotes actúan restricciones sanitarias que se han emitido por parte de las autoridades, pero la sociedad siente que los están rechazando o relegando o que no les quieren brindar el servicio; hay un choque porque la persona busca ser reconfortado durante este rito funerario”.

Dijo que pareciera que la pandemia no ha permitido que exista el llamado “bien morir”, que anteriormente consistía en dar incluso la extrema unción y confesiones, que ahora son impensables.

“No permite el bien morir, tienen un deceso en solitario y la familia se queda con ese sentimiento de que se quedaron solo, y luego pasan rápidamente a la incineración”.

Explicó que esto ha provocado que las familias lleven las urnas con las cenizas de sus seres queridos a las misas y aunque se les dice que desde casa pueden verlas a través de plataformas digitales, muchos dicen que tienen la necesidad de acudir al templo para tener el cierre y “darle descanso” a sus familiares.

“La gente busca el auxilio de la iglesia para conservar ritos funerarios, como la misa; en la Catedral se dan misas a distancia, la Iglesia tuvo que renovarse en cuestión tecnología, pero dicen los adultos mayores que no pueden entrar o que necesitan estar en el templo”.

Cañedo Morales aseguró que esto muestra que existe una generación que “está desfasada 50 años con el avance tecnológico”, se trata de personas de 70 u 80 años a quienes les cuesta adaptarse a la nueva realidad.

“Se les dice que busquen la misa por Facebook y radio, son dos alternativas que se han puesto pero la gente tiene que seguir asistiendo a estas instituciones que nos dan una identificación en el rito funerario; ellos necesita estar presente ante los símbolos y signos que para ellos representan algo”.

Por su parte, el estudiante del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV, Axel Juárez, indicó que la nueva realidad pandémica ha acelerado la migración digital pero hay sectores relegados a estos usos y que por ello es urgente que el estado entienda que el internet y el acceso a herramientas tecnológicas deben ser considerados como un servicio básico y debe haber subsidios ya que es parte de una alfabetización de las generaciones.

“Es ingenuo creer en que la forma que nosotros convivimos con nuestros muertos es la misma que en otros países, las desigualdades e inequidades que de por sí ya teníamos y estaban expuestas ahora se aglutinan en torno a las pantallas y la tecnología”.

Indicó que la ha sido pionera en el uso de aplicaciones como la app dl Vaticano para el Rosario como una forma de no perder adeptos, y que en esta pandemia se ha adaptado, pero no así los feligreses, especialmente los adultos o de la tercera edad.

“Si estuvieran alfabetizados y tuvieran las herramientas para resignificar sus prácticas tal vez habría una migración más accesible”, señaló.

Con respecto al Día de Muertos, consideró que habrá un uso excesivo en redes sociales en donde mucha gente compartirá visualmente sus mensajes o altares.

“Vemos como una práctica tradicionalmente social como el Día de Muertos se van a resignificar alrededor de las redes que es la vía a la que la mayoría tiene acceso”.

AVC/Perla Sandoval

Conéctate con Formato7

Julen, Héctor, Ricardo y Dante