Los comerciantes provenientes de Oaxaca, Tulúm y de esta ciudad que participaron en el Festival de chiles, moles y salsas, realizado en el Paseo de Los Lagos, consideraron que este evento necesitó mayor difusión, para que personas con poder adquisitivo acudieran a consumir.

Detallaron que el día sábado y domingo si hubo una mayor afluencia de familias en el Paseo de Los Lagos, pero en su mayoría acudían a ver, a probar las muestras de miel, pan, queso, tamales, licores, y admirar los trabajos de bordados, pero no a comprar los productos.

Lamentaron que las familias no cuenten con efectivo circulante para comprar productos de Oaxaca y Tulúm, que sólo en los días 15, 16 y 17 de noviembre tuvieron la oportunidad de comprarlos en Xalapa, y no viajar hasta esas ciudades para conocerlos, comerlos o vestirlos.

La originaria de la Villa de San Blas Atempa, región Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, y vendedora de bordados a mano, María Soledad Villalobos Sarabia agradeció a ayuntamiento de Xalapa, porque los apoyaron con el viaje y el espacio público del Pase de Los Lagos para exponer sus productos, sin embargo no vendieron lo que esperaban.

Consideró que la gente en México no tiene el suficiente dinero disponible para comprar una blusa bordada de 400 pesos, muñecas hechas a mano con un valor de 500 pesos, o posiblemente fue necesario que se difundiera más en los medios de comunicación que en Xalapa habría artesanías de Oaxaca.

Otra de las expositoras, Rosa Gómez Hernández, proveniente de la comunidad de San Bartolomé, refirió que las muñecas y blusas son hechas por un grupo de cuatro mujeres, que bordan y tejen a mano.

La artesana de San Dionisio Ocotepec, Oaxaca, Juanita López dedicada a producir mezcal de agave con un precio de 150 pesos el medio litro, expresó “pos nos está yendo más o menos no estamos vendiendo mucho, yo le diría que nos va en medio, ni mucho, ni muy poquito”.

Detalló que para preparar el mezcal artesanal ocupan un mes de tiempo, “mi esposo y yo destilamos el producto. Para cuatro toneladas de agave nos llevamos un mes, porque es una preparación que debe ser estrictamente vigilada, desde el comienzo de meterlo al horno, destaparlo, machucarlo, la fermentación, es muy delicado, si se pasa ya no hay producto y es una pérdida muy grande de dinero”.

AVC/Verónica Huerta