Tejer fino, tejer delgado, es la esencia de la política, de la política política, la de altura, no la
politiquería, la del morrallero, la chicharronera, la marrullera, la de la grilla barata de bajo nivel;
para hacer política en la política, se requiere de habilidad, visión, conocimiento del terreno en el
que se mueve lo político y el político. El Presidente de la LXV Legislatura de Veracruz; José Manuel
Pozos Castro se mueve, pulsa, mide, atiende, escucha, gestiona, equilibra, construye, legisla;
entiende y atiende a las organizaciones civiles, políticas, religiosas, económicas, académicas, entre
otros grupos y actores sociales. Amarra y desata, estabiliza para contener las inquietudes que
pudieran disiparse o dispararse. La práctica de la política, requiere sensibilidad, experiencia,
habilidad, tacto, diligencia. Se ha visto así en el acercamiento y diálogo que propició el legislador
Pozos entre los poderes, ejecutivo, legislativo y judicial. Pozos Castro, sabe lo que hace, le sirve al
pueblo de Veracruz y al gobernante; la Presidencia del Congreso Local, funciona como una válvula
de escape ante las intensas presiones político-sociales-económicas en que se encuentra inmersa la
entidad, atestada de islotes de poder que eclosionan debilitando la gobernanza, colocando en
situaciones complicadas las propuestas y acciones del joven gobernador que hace todo lo que está
a su alcance para mantener el equilibrio político, ante la embestida de los usufructuarios de varias
de las dependencias del Estado.

No se trata aquí, de escribir lindezas sobre quien preside la LXV, porque también tiene lo suyo,
sino de una realidad que se distingue en las facultades del contrapeso del legislativo, no hay más.
El propio Cardenal Richelieu, Nicolás Máquiavelo y hasta San Agustín, se hubiesen congratulado de
la habilidad mesurada, sutil, silenciosa, propia de un Cardenal de la política de quien, sin
contrarrestar el poder de los otros, transforma las asperezas en superficies llanas, aterciopeladas,
de donde fluyen acuerdos para el bien de Veracruz.

No es fortuito esto, Pozos Castro, quien vio la luz primera en Plan de las Hayas, municipio de
Juchique de Ferrer, trae en su bagaje la sensibilidad y el oficio político. Forjado en la universidad
de la vida, tiene el posgrado de la praxis; construyó desde muy joven su fortaleza y experiencia,
hiperactivo e inquieto, como es, adquirió el carácter persistente en los primeros años de la
juventud; pasando de ser espectador a ser actor de la vida política.
En estos tiempos de momentos trágicos, en que el destino de Veracruz ha caído en manos de
hombres y mujeres con desconocimiento del arte de gobernar, careciendo de experiencia de la
función en pública, pero, sobretodo de hacer política, han provocado en el pueblo, un pasajero
entusiasmo, que se ha difuminado, creando una atmosfera de inestabilidad en el comportamiento
social, generando incertidumbre, en donde se afirma, lo discutible de lo que es innegable; la falta
de capacidad para la gobernanza. Las ambiciones de unos y otros, se han desbordado,
empoderados como se sienten los aspirantes a políticos, empujan hacia abajo, con fanatismo
dogmático, obstinados, no se dan cuenta de la estrechez de sus alcances, provocando una espiral
descendente, creando inestabilidad política, económica e incertidumbre social.

Ahí, es en donde entran los quehaceres del diputado Pozos Castro, con su intersección ante las
causas justas y necesarias, para mantener tranquilizado lo tranquilizable, que pudiera dispararse o
dispersarse, provocando nuevos conflictos o acentuando los ya existentes.
El arte de la política, no se le da a cualquiera, Pozos Castro, es de los pocos diputados que
desquitan el salario que pagamos los veracruzanos, con lo que desde ahora, se observa, tiene la
posibilidad de recontratación.

En política, la pérdida del sentido de la percepción, destruye el objetivo alcanzado, genera
imprecisiones y contrastes para mantener el equilibrio, que producen los excesos colmados de
consecuencias extraordinarias o escalofriantes, en los actos de gobernar con caprichos, dentro del
pequeño contexto en que orbitan algunos, con consecuencias lamentables, que deberían de haber
sido evitadas. Es la soberbia la que produce estos desequilibrios que aferran al emisor a la
intolerancia y al engaño. Hechos que trascienden más allá de su pequeñez, que los gobernados
perciben como incapacidad.

Seguir permitiendo engañarse por la circunstancia política del triunfo, que les otorgo el hartazgo
del pueblo, arroja a los actores, menores como son, a la sentencia del rechazo popular, dejando de
lado la oportunidad de permanecer. Son muy pocos los que se dan cuenta de ese azar. Fugaz es el
momento en que se da la grandeza a los menguados, y la suerte no volverá jamás a ellos una
segunda vez.

Sintácticas
Del tomo II de la obra “Monólogos y Diálogos” de Froylán Flores Cancela:
-Existen corrientes políticas demasiado corrientes.
-Si no sabes qué pensar, juega, por ejemplo, para diputado.
-¿Conoces a alguien realmente satisfecho con algún acuerdo que él haya firmado?
-Parece ser que es en todo el mundo, pero en México lo único que los políticos no resuelven son
los problemas políticos.
-La política es una condición con muchas condiciones.
-Las promesas en política son para decirlas. No para cumplirlas.
-A menudo se confunde en política la experiencia con las mañas.
-Los peores discursos se oyen en los mejores momentos.
-Nada tan peligroso en un político como que su terquedad tenga por aliada la torpeza.
-En política las cosas no se parecen. Son.

 

Helen Lindén. Violoncelle. JS Bach. Prélude. Suite en Soul Majeur,BWV 1007: