Como viene sucediendo los últimos fines de semana, el pasado domingo 12 de agosto el gobernador Miguel Ángel Yunes anunció: “Nos da mucho gusto informar al pueblo de Veracruz que en esta semana continuó la disminución de la incidencia delictiva en prácticamente todas las regiones del estado”.

Yunes se refería a la semana del 4 al 10 de agosto en que hubo 20 ejecutados.

En mi columna del lunes 13 hice una relación de cada una de esas ejecuciones y pregunté: Veinte ejecutados, un decapitado, varios heridos ¿y le da “mucho gusto” al gobernador que la incidencia delictiva “continúe disminuyendo” en la entidad?

Este domingo volvió a las andadas y al término de su reunión con el Grupo Coordinación Veracruz dijo: “Se advierte una situación similar a la de semanas anteriores. Por fortuna hemos mantenido una buena circunstancia en materia de seguridad… los reportes del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que la incidencia delictiva viene a la baja en Veracruz”.

Pero los números dicen otra cosa. En la semana del 11 al 17 de agosto hubo 26 ejecutados: Cinco el sábado 11; siete el domingo 12; cinco el lunes 13; dos el martes 14; dos el miércoles 15; cuatro el jueves 16 y una ejecución el viernes 17.

Entre las víctimas se encuentra un niño repartidor de tortillas que fue maniatado y torturado, además de una mujer asesinada en el interior de su automóvil.

En cuanto al Sistema Nacional de Seguridad Pública, sus datos no empatan con el optimismo del gobernador. En su reporte del primer semestre de este año señala que Veracruz ocupó el segundo lugar nacional en denuncias por secuestro con 76 casos, además de 500 homicidios dolosos de enero a junio.

Sin ir muy lejos, este jueves se dio a conocer el secuestro del ex candidato del PRI a la presidencia municipal de Isla, así como el del tesorero de la Unión de Cañeros de Hueyapan.

De acuerdo con Alejandro Brito, director de la Asociación Civil Letra S, de enero a julio se han cometido en Veracruz 17 de los 68 crímenes de odio registrados en el país. Es decir, crímenes perpetrados contra personas por su preferencia sexual o diversidad de género.

En agresiones a periodistas, Veracruz encabeza la lista junto con Tamaulipas, Chihuahua, Guerrero y Oaxaca, dijo el quinto visitador de la CNDH, Édgar Corzo Sosa.

Pemex dio a conocer que en el primer semestre de este año fueron localizadas 844 tomas clandestinas en la entidad, cifra muy superior a las 543 detectadas en 2017. Es decir, el robo de combustible en el segundo año de gobierno de Yunes Linares, aumentó en un 55 por ciento en relación a su primer año.

El Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos, informó que de enero a julio los delitos en esa ciudad fueron a la alza. Julio cerró con 51 incidentes y el secuestro se disparó con ocho casos registrados ese mes. El robo a transeúntes se incrementó un 100 por ciento y el homicidio doloso un 56 por ciento en relación con los meses anteriores.

Coatzacoalcos es sin duda el municipio sureño más golpeado por la delincuencia. Juan Manuel Montiel Rodríguez, líder del Sindicato de Telefonistas de esa ciudad, dijo que se comete un homicidio o un secuestro a diario.

Y la puntilla, Lantia Consultores, empresa especializada en análisis de políticas públicas, dio a conocer que las ejecuciones perpetradas por el crimen organizado los primeros seis meses del 2018 en Veracruz, se incrementaron un 26 por ciento en relación al mismo periodo del 2017.

Y ni hablar de las desapariciones forzadas.

Por donde se le mire, Veracruz es un caso patético de violencia e inseguridad. ¿De dónde saca Yunes Linares que la incidencia delictiva va a la baja?

¿Qué caso tiene que siga mintiendo cuando hizo trizas las esperanzas de quienes creyeron en él? ¿Qué caso tiene cuando su gobierno ya está reprobado?

¿Pensará acaso que puede engañar cada fin de semana a ocho millones de veracruzanos?

Si así lo cree, qué mal anda el señor gobernador. Las mentiras nunca han hecho grande a nadie. Por el contrario, manchan y deshonran por siempre a quienes abusan de ellas.

bernardogup@nullhotmail.com