Que yo recuerde ninguno de los alcaldes que han gobernado Xalapa desde 1998 en que llegué a esta ciudad, ha sido tan cuestionado, atacado y descalificado en sus primeros meses de gobierno como Hipólito Rodríguez Herrero.

Hipólito y sus gobernados no tuvieron luna de miel. De hecho, bien pronto se dio cuenta que no es lo mismo ser cantinero que borracho.

Su primera bronca fue con los propios xalapeños que se molestaron cuando escogió para los cargos más importantes de la municipalidad, a personas de la Ciudad de México y aseguró que eran más eficientes que los trabajadores locales.

La “eficiencia” de estos sujetos lo metió en otra bronca cuando los burócratas se quedaron sin cobrar una quincena, le armaron una protesta y tomaron el Palacio Municipal.

Hipólito contestó poniendo filtros en las entradas del edificio y eso enardeció aún más a la raza.

El alcalde ha tenido problemas con trabajadores de la CMAS, con colonos y hasta con los neveros que ya le fueron a protestar a Palacio. Y ni qué decir del pleitazo que trae con los empleados de Limpia Pública.

Inepto e incapaz de resolver los problemas que él mismo se ha creado, recurrió al argumento al que recurren los incompetentes; echarle la culpa de todos los males de Xalapa a su antecesor.

De acuerdo con la síndica única, Angélica Cisneros Luján, de los 66 camiones recolectores de basura con que cuenta el municipio, sólo 40 están en circulación y los 26 restantes presentan fallas “por culpa de la anterior administración”.

Esto es una falacia y lo sabe muy bien la señora Cisneros Lujan.

Américo Zúñiga Martínez dejó trabajando a la mayoría de esos camiones que hasta el último día de su mandato, cubrieron con puntualidad sus rutas en los horarios establecidos, e hicieron de la ciudad una de las más limpias del país.

Los camiones que hoy se encuentran parados por diferentes motivos se pueden arreglar con mil 500 pesos en promedio. Pero Hipólito incomprensiblemente no los quiere componer. Prefiere pagar 5 mil pesos por cada camión que alquila para que cubran algunas rutas, pero el problema es peor porque hay ocasiones en que esas unidades pasan a las 11 o 12 de la noche cuando ya todo mundo se fue a dormir.

Quienes viven en Xalapa saben que no miento cuando aseguro que la ciudad está convertida en un albañal con basura acumulada en las esquinas de calles incluso del centro.

Va un ejemplo representativo: A un costado del mercado de San José y atrás de la Iglesia del mismo nombre, está un contenedor rebosante de basura. Es decir, un foco de infección a unas cuadras del Palacio Municipal donde despacha Rodríguez Herrero.

Bueno, eso de despachar es un decir. Desde la semana anterior el señor anda en Buenos Aires, Argentina, en el tercer Foro de Alcaldes Iberoamericanos organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo.

¿Qué de bueno le traerá este viajecito a Xalapa? Nada.  Pero ni hablar, así es esto del abarrote.

Las protestas ciudadanas porque Hipólito no puede con una ciudad insegura y atascada de desperdicios, han sido minimizadas por Angélica Cisneros al asegurar que todo es parte del proceso electoral que se está viviendo en estos días. “Y así seguirá hasta el 1 de julio”.

Vaya con la desfachatez de la señora.

A ver si sigue pensando igual el día 2 de ese mes cuando los xalapeños hayan mandado por un tubo a los candidatos de Morena, en contestación a la ineptitud de su jefe Hipólito Rodríguez.

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