Le llaman “Internet de las Cosas”, pero más bien debiera llamarse “internet de la vida”, porque a eso aspira esa tendencia: a que cada actividad cotidiana tenga que pasar por una conexión en línea.

Así podría sintetizarse la primera de las jornadas previas al arranque del CES 2018 de Las Vegas, donde el domingo se esbozaron las tendencias que marcarán el año, compuestas por tres ingredientes: redes 5G ultrarrápidas, inteligencia artificial y robótica.

Del primero dependerá que muchos de los ingeniosos desarrollos presentados en el Mandalay Bay se vuelvan objetos de uso diario.

De estar plenamente instalada en 2020, una red 5G será capaz de descargar la película Guardianes de la Galaxia en 3.6 segundos, en comparación con los seis minutos que tarda una red 4G y las 26 horas de una red 3G.

Y aunque muchos de los inventos presentados aún parecen ciencia ficción u ocurrencias simpáticas (como una regadera que regula la temperatura del agua mediante comando de voz), otros presentan características funcionales que podrían concretarse en breve.

Por un lado están los programas de seguridad: durante el CES Unveiled varias empresas ofrecieron diversas soluciones de cámaras para el hogar que memorizan las características corporales de quines la habitan para poder avisar cuando haya un extraño, así como de cerraduras que se activan con apps y ya no con llaves de metal.

Pero más intenso es el trabajo que se lleva a cabo en materia de salud: desde sistemas que monitorean la calidad del agua que sale del grifo, hasta luces infrarrojas que analizan los alimentos y permiten determinar su frescura y contenido calórico. Preparémonos para una era de internet hasta en la sopa.

Con información de Excélsior