Como una muestra del ambiente preelectoral que se vive en Veracruz, el pasado domingo observamos dos hechos que reflejan la urgencia por no perder el poder en el estado de parte de los priistas y la tranquilidad del puntero, Miguel Ángel Yunes Linares, en plena reunión familiar.

Como se ha comentado en diversos medios de comunicación, el domingo anterior el gobernador Javier Duarte reunió a los presidentes municipales priistas en su guarida de la colonia Dos de Abril; allí exigió a los munícipes cerrar filas en torno a Héctor Yunes Landa y les pidió el apoyo, desde sus ayuntamientos, para aplicarse en la promoción del candidato tricolor a la minigubernatura, pasando charola a cada uno, pero una charola sin fondo.

Pero el gober se topó con pared; uno de los asistentes le dijo que sí, con mucho gusto, siempre y cuando la Secretaría de Finanzas le diera esos recursos que le debe desde hace tiempo, porque sin ellos no podría operar, igual que muchos municipios veracruzanos; como pasa en la misma capital, Xalapa, donde no han llegado recursos del Fondo Metropolitano

Así las cosas, para Duarte, quien se está quedando solo, según algunos observadores, prácticamente “en la casa no hay para el gasto”; y como no le queda más que doblar las manos tiene que hacerle al cuento, pidiendo apoyo para el que puede ser su sucesor; y así no quedar mal, peor de como está, frente a Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña Nieto.

Así fue el domingo para Javier Duarte, en una encerrona tensa. Aseguran que después del reclamo ya mencionado, Duarte se paró, se retiró, y al rato alguien del personal dijo a los asistentes que la reunión había terminado.

Más o menos, al mismo tiempo, muy cerca de Boca del Río, en la plaza El Dorado, Miguel Ángel Yunes Linares, el candidato de la alianza PAN-PRD al minigobierno, caminaba tranquilamente rodeado de su familia; su hijo Miguel Ángel e hijos. Lo primero que nos extrañó al verlo fue que no llevaban personal de seguridad ni asistentes; lo segundo, que la gente lo saludaba como al viejo conocido que uno no ve en cierto tiempo, con gusto, con empatía, alegre. El enemigo más odiado del duartismo, dando ejemplo de sencillez. A diferencia de Duarte de Ochoa, quien tiene que rodearse de hijos y esposa en una conferencia de prensa para negar acusaciones en su contra, quien nunca ha sido visto caminar las calles de Veracruz sin elementos armados, sin el temor de ser cuestionado por sus acciones al frente del gobierno. En el poco rato que compartimos espacio con Yunes Linares nunca alguien le reclamó por los yates y las propiedades; al contrario, le pedían ayuda para acabar con el ambiente de incertidumbre e inestabilidad en el que vivimos los veracruzanos.

El juicio político no se dará en el Congreso del Estado, lo darán los ciudadanos en el momento justo y en la historia gris del Veracruz contemporáneo serán recordados los días que estamos viviendo, donde el que se baña en pureza se encierra pidiendo ayuda y el que ha sido señalado de delincuente, hoy principal candidato opositor para gobernar el estado, muestra que no tiene miedo y como cualquier ciudadano sale a la calle sin temor a un reclamo social.

Y, que conste, simplemente describimos lo que vemos y cómo se percibe. Escriba a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas