Cuando el teatro de la sucesión se le vino abajo a la dupla Duarte-Silva, el gobernador quedó en un patético estado de indefensión. Pero el PRI que siempre ve por sus hijos, le prometió inmunidad a cambio de que empinara a uno o dos sujetos que calmaran la sed de justicia de la raza jarocha.

Ni tardo ni perezoso, Javier ofreció las cabezas de tres diputados federales y dos miembros de su gabinete para la piedra de los sacrificios. Los futuros inmolados quedaron listos para cuando Héctor Yunes llegara a la gubernatura y dispusiera de ellos a su antojo.

Pero las cosas han ido de mal en peor tanto para el gobernador como para un candidato cuya campaña nomás no levanta.

La deuda que tiene el gobierno estatal sólo con la Universidad Veracruzana, se ha convertido en algo más que un dolor de cabeza para el Sistema. La multitudinaria manifestación universitaria del jueves 10 de marzo y la carta que envió la rectora Sara Ladrón de Guevara al propio Duarte, urgiéndolo a que pague “sin mayor dilación ni pretextos”, prendieron una vez más los focos preventivos en el PRI y en Los Pinos.

A pesar de esto se decidió aguantar en su puesto al gobernador.

Pero una encuesta de Berumen y Asociados hizo que repicaran todas las alarmas y se encendieran los focos rojos. De acuerdo con ella el candidato del PAN, Miguel Ángel Yunes Linares, comenzó su campaña con un 37% de ventaja sobre su primo hermano y candidato del PRI, Héctor Yunes Landa que tiene 26.7%.

Nunca en la historia de Veracruz un candidato del PRI había arrancado en desventaja y menos con una de 10 puntos porcentuales.

La encuesta dice que hay un 27.7% de indecisos, cifra mayor al 26.7% de Yunes Landa y esto también causó alarma.

Está comprobado que pocos, muy pocos, son los indecisos que votan por el partido en el poder. Fueron los indecisos los que llevaron al triunfo a Fox en el 2000 sobre su contrincante Francisco Labastida, y fueron los mismos indecisos los que seis años después le dieron el triunfo de último minuto a Felipe Calderón sobre Andrés Manuel López Obrador.

Para colmo de males y para acabar de enturbiar el panorama, el voto duro del PRI se ha ido reduciendo en los últimos años a nivel nacional.

En el caso concreto de Veracruz, el voto duro de los priistas hizo dos llamadas de advertencia que fueron ignoradas; la primera en 2004 en la elección de Fidel Herrera. Fue tan cerrada esta elección que se decidió en los tribunales; y la segunda en 2010 cuando Javier Duarte ganó por 70 mil votos de muy dudosa procedencia. En ambos casos el voto duro de los tricolores no fue el esperado.

Esto ha hecho que tanto en el PRI nacional como en Los Pinos la estén pensando mejor.

¿Qué hacer cuando por vez primera el partido tricolor está en verdadero riesgo de perder la gubernatura  en Veracruz y cuanto el voto duro corre el riesgo de diluirse?

Como paradoja, la solución la están ofreciendo en charola de plata los panistas.

Este fin de semana la fracción parlamentaria de PAN  a nivel estatal promovió una solicitud de juicio político contra Javier Duarte y en un hecho histórico, el Congreso local le dio entrada a la propuesta.

El diario El Universal publicó en su edición de ayer bajo el título “La cabeza de Duarte” que en algunos de los despachos más relevantes del gobierno federal y del PRI, han llegado a la conclusión de que la única salida que les permitiría dar la pelea para retener la gubernatura de Veracruz es apoyar el juicio político contra el mandatario estatal.

“Este escenario está bajo análisis y en espera de luz verde, pero son mayoritarias las voces de quienes consideran que se debe enviar el mensaje de que ni el gobierno, ni el partido protegerán al gobernador para poder tener la oportunidad de conservar el estado y su altísima importancia en las elecciones presidenciales de 2018.

“Sin embargo, el objetivo primario es salvar la candidatura de Héctor Yunes Landa al gobierno veracruzano y evitar que el estado pase a manos de la alianza PRD-PAN que encabeza a Miguel Ángel Yunes. La única forma de salvar el barco, consideran, es no oponerse a que Duarte, quien desde hace mucho tiempo dejó de ser un activo para su partido, sea sentado en el banquillo de los acusados y juzgado” finaliza el comentario de El Universal.

En otras palabras, a Javier Duarte que se lo lleve el diablo.

bernardogup@nullhotmail.com