El agrupamiento, la reorganización, la unión que se está forjando de los priistas veracruzanos con miras a la elección del próximo domingo 5 de junio camina por dos momentos.

El primero es la definición de la dirigencia del partido y junto con ella, del Comité Directivo Estatal, que es la base de la que partirá toda la estructura para las batallas electorales que se avecinan. Designado formalmente Felipe Amadeo Flores Espinosa y versátilmente delineado su equipo con gentes afines a él y al precandidato Héctor Yunes Landa -también con una mistura de experiencia y juventud-, se va instaurando el tono, la actitud, la morfología que tendrá la campaña electoral.

El segundo momento, es el carácter que le imprimirá Héctor Yunes Landa a su propuesta entre sus correligionarios como precandidato y a su oferta a los ciudadanos como candidato.

De acuerdo con lo declarado por el senador con licencia y en el espíritu del discurso que ofreció el flamante dirigente estatal, el priismo se apresta a hacer una campaña con privilegio de las propuestas de gobierno para mejorar a Veracruz; será una cruzada para llegar a los electores de todo el estado con un mensaje propositivo, con planes y programas viables, con soluciones.

Imposible llegar a todos los rincones y a los 212 municipios en los 60 días que marca la normatividad electoral, así que será una campaña apoyada en los medios de comunicación, con énfasis en las oportunidades de difusión que ofrece Internet a través de las redes sociales y los portales informativos.

Serán días intensos para los priistas… prevén que como nunca antes, porque no se avizora nada fácil esta madre de todas las batallas. Y el abanderado no se confía. Hará todo lo necesario para asegurar el triunfo, que considera posible.

El mensaje del domingo leído por el presidente estatal del PRI fue fundacional en varios sentidos. Felipe Amadeo tiró línea, convocó a todos los grupos y liderazgos del partido en Veracruz, marcó la pauta de una campaña respetuosa, abrevó hacia los orígenes sociales del priismo.

“En Veracruz, hemos demostrado que en la unidad se logran consensos; en la madurez política construimos proyectos; y con compromiso social, lograremos victorias. Ese, ese es el PRI de Veracruz”.

Pero ese discurso tiene memoria, y debe leerse compaginado con el que el líder de Vía Veracruzana dijo el 5 de diciembre en su comida tradicional, cuando aún no había candidato definido:

“Veracruz tiene asuntos pendientes por resolver, asociados a la economía familiar y a necesidades sociales. Pero el futuro no debe atenderse bajo los nubarrones del rencor o del revanchismo obsesivo.

“Lo debido es la puntual aplicación de la ley, cimentar el camino de la mejora, atender demandas sociales y transformar la esperanza ciudadana en resultados y desarrollo social”.

Ya desde entonces Amadeo Flores Espinosa puntualizó lo que ahora es estrategia, lo que puede darle el triunfo anhelado a los priistas:

“Nos gusta el debate. Siempre hemos aportado alternativas de solución y hemos hecho nuestra parte. Ese debe ser hoy el valor de la política: el respeto a la pluralidad para construir el futuro de Veracruz en la diversidad, nunca en la confrontación”.

Como que ya sabía…

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