Google ha explicado que la caída de su servicio el pasado domingo 2 de junio en Estados Unidos se debió fundamentalmente a un cambio de configuración que tan solo iba a afectar a unos pocos servidores de una única región, pero que por un error en su aplicación afectó a más servidores de los esperados.
Según un comunicado de Google, este error que se originó en Estados Unidos hizo que más de la mitad de la capacidad de red dejara de funcionar, lo que provocó que los servicios, sobre todo Google Cloud Storage y YouTube, fueran más lentos y presentaran una tasa de errores alta.
El tráfico de red que provenía o se dirigía a las regiones afectadas intentó ajustarse a la capacidad de red que quedaba, pero no pudo, lo que provocó que se congestionara. Ante el problema, Google priorizó los servicios más importantes y ralentizó otros como Google Cloud y YouTube.
Aseguran que los equipos de ingeniería de la empresa intentaron arreglar el problema, pero que la congestión de la red provocó que la restauración de las configuraciones correctas para acabar con la caída del servicio también fuera más lenta, de tal manera que la solución se demoró.
A pesar de ello, afirman que la mayoría de usuarios no notaron ningún impacto o solo un leve en los servicios de Google, aunque la compañía ha registrado que las visitas globales en YouTube se redujeron un 10 por ciento, el tráfico de Google Cloud Storage disminuyó en un 30 por ciento y alrededor del 1 por ciento de los usuarios de Gmail tuvieron problemas con sus cuentas.
Todos los servicios ya han vuelto a la normalidad.