Recientemente terminé de leer “Cómo conocer a otra persona”, libro de David Brooks. El autor nos muestra algo que está siendo muy necesario en la actualidad entre las personas, familias, escuelas, comunidades, organizaciones y la sociedad: la habilidad de ver a otra persona de manera profunda y hacerle ver que es vista y escuchada, valorada y comprendida. Esta competencia fundamental en las relaciones humanas resulta crucial en todo el mundo y en nuestro país. Pero quisiera referirme en específico a un aspecto de estas habilidades que tiene que ver con las narrativas de vida.

Las preguntas de Brooks son ¿cómo las personas construimos nuestras narrativas personales y por qué las personas no nos preguntamos más unas a otras por nuestras historias de vida o hablan de las suyas? Sobre los mejores o peores momentos de nuestras vidas o sobre las encrucijadas o puntos de quiebre y cambio a lo largo de nuestras vidas. El autor propone que es necesario que desarrollemos más la habilidad de preguntar a las personas por sus historias de vida y, sobre todo, escuchar atentamente esas historias. Normalmente cuando hablamos con otra persona no hacemos conversaciones de vida, es decir, narraciones de vida, y nos limitamos a hacer conversaciones de comentarios.

Para Brooks se hace necesario el “pensamiento narrativo” para entender a la persona “única” que está frente a ti. Las historias capturan la presencia única del carácter de una persona y cómo ha cambiado a lo largo de la vida. Cuando alguien te cuenta su historia recibes y obtienes una imagen mucho más personal, completa y atractiva de la otra persona, llegas a captar su experiencia.

Vivimos en una cultura que valora y quiere datos, pero no estamos acostumbrados a sólo preguntar: “dime quién eres”, tu historia, tu pasado, tus motivaciones, tus metas, dónde has estado y dónde quieres estar.

El autor del libro señala que la habilidad para desarrollar o crear una historia coherente y exacta no es algo que nos enseñen en nuestras casas o escuelas. Sin embargo, contar con una narrativa personal es central para llevar una vida de mayor significado. Puedes saber quién eres cuando sabes contar tu historia. Puedes construir una identidad al tomar todos los eventos incoherentes e inconexos de tu vida y que te dan significado, al reconstruirlos y volverlos una historia coherente, una narrativa diferente.

Otro aspecto que Brooks anota como importante al escuchar el relato de vida de alguien es estar atentos a desde qué emocionalidad nos narra su vida: desde la alegría, sufrimiento, ironía, sarcasmo, decepción, confianza, desconfianza, desde la victimización, amargura, realismo, prejuicios, mitos, miedos, etc. Desde dónde la persona que está frente a nosotros construye el sentido de su vida.

No existe una sola narrativa para siempre. Las narrativas son historias que van y vienen, que cambian, son interpretaciones. Y casi siempre no sólo son narrativas que tienen que ver sólo con uno mismo, sino también con las interpretaciones que tenemos de la sociedad o de la historia. Las narrativas y las interpretaciones tienen que ver con el tipo de observador que somos. En esto ha trabajado mucho la ontología del lenguaje y la práctica del coaching ontológico del lenguaje.

En las narrativas aparecen nuestras conversaciones tanto privadas como las públicas. Es decir, las conversaciones privadas son las que pensamos, las que no decimos o exteriorizamos y las conversaciones públicas son las que sí decimos y externamos. La congruencia y sinceridad tendría que ver con la correspondencia ente ambos tipos de conversaciones al hablar, al conversar con alguien más. Por eso el concepto de observador es tan importante porque nos estamos viendo a nosotros mismos cuando hablamos o narramos nuestra vida como si tuviéramos una camarita arriba de nuestras cabezas grabando de manera auto reflexiva y auto observable nuestra propia narrativa.

Tanto en la terapia como en le coaching el objetivo sería llegar a tener una narrativa realista, interpretaciones realistas de nuestra vida, y construir la identidad a partir de interpretaciones sanas y realistas de nosotros mismos o de la otra persona. No fabulaciones o performance que no se sustenta en la realidad, que son sólo deseos, o idealizaciones demasiado perfectas de uno mismo. En las narraciones o relatos de uno mismo es necesario el reconocimiento de las imperfecciones. Sin embargo, esto no es lineal, hay rupturas, discontinuidades, finales y comienzos, falsos finales y falsos comienzos, etc.

Brooks señala que un relato o narración sabia de la vida mejora con la edad y la vejez, y vendría acompañada por una visión de gratitud hacia el pasado y hacia la vida, de una mayor serenidad, una visión bondadosa de la vida que valora todas las cosas y personas positivas de la historia personal como una especie de reconciliación con la vida.

Al leer este libro recordé una película y dos obras teatrales biopersonales. La película es “El Profesor” protagonizada por Johnny Depp, en la que representa un hombre de mediana edad diagnosticado con cáncer y ese hecho lo hace relativizar y reinterpretar toda su vida, sus relaciones, su contexto social, la moral y la hipocresía de la cultura wasp (White, anglo-saxon, protestant). Me parece que refleja muy bien cómo en las relaciones interpersonales, ya sean familiares, laborales, sociales, no vemos ni escuchamos profundamente a las personas que nos rodean, sus historias de vida. Y andamos en la vida con conversaciones privadas y públicas, narrativas incrustadas en estructuras y convencionalismos creados desde fuera de nosotros mismos y que impiden vernos y escucharnos, tal y como sucede hoy en día en la sociedad mexicana.

Las otras dos obras biopersonales son de Freddy Palomec. Se trata de “Gloria” y de “Lengua Madre”. Ya en esta columna me he referido a ellas y a su gran poder emotivo e interpretativo porque precisamente explotan de manera brillante esa capacidad de los seres humanos para contar y narrar la vida de una persona, aunque sea sólo una parte de ella, como relatos de vida.

Poder narrar y relatar nuestras vidas es una habilidad muy poderosa para conocernos mejor. Poder promover, indagar, escuchar la narración de la vida de otras personas, es una habilidad que deberíamos de aprender y cultivar para poder vernos y comprendernos mejor.

Referencias:

Brooks, David, How to Know a Person, Random House, New York, 2023.

https://www.amazon.com.mx/How-Know-Person-Seeing-Others/dp/059323006X/ref=sr_1_1?crid=192POVH8VUJK2&dib=eyJ2IjoiMSJ9.RpjkRQgVgrhGZkNhbKIlUHMXzeik90vwLQ2T6g1c3XK7oVLh4Y41KFAPN6BV5ETbbetRPZLMQfBDwrnRN3e9Z7bTz8MvKIjicpGwJgtKUz4.WegvfPqSgvCo1Wo8gYVYaAWqBYkkF4nojjaPsDSgSbc&dib_tag=se&keywords=david+brooks+how+to+know+a+person+en+espa%C3%B1ol&qid=1717705841&s=books&sprefix=David+Brooks%2Cstripbooks%2C142&sr=1-1&ufe=app_do%3Aamzn1.fos.242f5c11-6cfd-40d6-91f6-be3d1974080c

https://es.wikipedia.org/wiki/The_Professor_(pel%C3%ADcula_de_2018)

https://www.amazon.com.mx/Professor-Johnny-Depp/dp/B07S3D93BV

https://www.uv.mx/orteuv/general/freddy-palomec/

https://www.organizacionteatral.com.mx/portfolio/freddy-palomec

https://www.organizacionteatral.com.mx/wp-content/uploads/2023/03/PdM_LenguaMadre.pdf