“A nadie le gustaría tener como enemigo a Yunes Linares”, me dijeron en una oficina blanquiazul en la Ciudad de México. Y es que de acuerdo a dichos en el corazón del frente opositor, el ascenso de la campaña en Veracruz se debe a dos personajes: Pepe Yunes y el exgobernador (también candidato suplente al Senado).

Todos los Yunes eligieron bien al cobijar (de la manera que sea y como sea), al pariente de Perote, a José, “quien siempre ha sido el menos cuestionado de todos” y no necesariamente porque el resto tenga “cola que les pisen”, sino porque de esa forma se han desarrollado las cosas en Veracruz.

Fue así como se decidió que Pepe Yunes hiciera campaña rumbo a la gubernatura, mientras otros Yunes se encargarían de evitar que José se manchara “las manos con las descalificaciones propias de un peleado proceso”.

En la guerra y en el amor todo se vale (dicen) y Veracruz sirve para ejemplo de libro de texto en mercadotecnia electoral: uno se dedica a proponer haciendo campaña al gobierno, y el otro u otros (a través de terceros), a efectuar “el lado b” de la campaña, el lado de los ataques (sustentados o no) al adversario… situación que en la batalla electoral se vale.

Lo cierto es que la gubernatura en Veracruz no estaría tan peleada y cerrada si no fuera por la unión de todos los Yunes (cada uno ocupado en sus tareas y en lo que mejor sabe hacer).

El tema es de pronóstico reservado, al grado que la elección se decidirá el 2 de junio con la movilización del voto ¿Quién podrá hacerlo mejor? Ahí está y estará la clave.

Ya veremos.

X: @aaguirre_g