En 2023, en México se registraron mas de 50,000 NNA migrantes no acompañados. (INEGI, 2024). En una sociedad cambiante, es crucial abordar los desafíos que enfrentan los NNA refugiados y migrantes, especialmente en el contexto mexicano, donde estas problemáticas son urgentes y complejas.

Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, en el año 2023, se registraron más de 50,000 NNA migrantes no acompañados. Estos infantes, muchas veces, huyen de la violencia, la pobreza extrema y la persecución en sus países de origen, buscando un futuro más seguro y próspero.

Sin embargo, una vez en México, se enfrentan a una serie de desafíos y complejidades, entendiendo que son infantes a los cuales se les complica acceder, sin un adulto, a la educación, atención médica, protección legal, etc.

Es imperativo que como sociedad y como país, se deben tomar medidas concretas para apoyar a estos infantes. Esto incluye garantizar su acceso a la educación y a servicios de salud adecuados, así como brindarles protección legal y apoyo psicológico.

Según el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, las autoridades de todos los órdenes de gobierno deberán proporcionar, de conformidad con sus competencias, los servicios correspondientes a niñas, niños y adolescentes en situación de migración, independientemente de su nacionalidad o su situación migratoria.

La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes destaca la necesidad de implementar medidas específicas de protección para asegurar los derechos de todos los niños y adolescentes, independientemente de su condición migratoria, ya sea que viajen acompañados, no acompañados, separados, sean nacionales, extranjeros o repatriados, dentro del contexto de la movilidad humana.

Además, es fundamental trabajar en colaboración con organizaciones internacionales para abordar las causas profundas de la migración y el desplazamiento forzado, incluyendo la violencia, la pobreza y el cambio climático.

Como sociedad, se debe recordar que estos NNA son parte de nuestra comunidad global y tienen derecho a una vida digna y segura. Es hora de actuar con empatía y solidaridad, y trabajar en conjunto para construir un mundo más justo y humano para todos.