¿Podía ser peor? Tal vez. Rocío Nahle, la candidata de Morena al gobierno de Veracruz, inició su campaña en el clímax de la tormenta que la acompañada desde el momento en que ganó la encuesta interna realizada en su favor.

En su primer evento público como candidata, fue recibida con abucheos y a gritos de ¡fuera!, ¡fuera!, por parte de familias y comensales en La Parroquia de Veracruz.

Quien vive en el puerto, sabe que la Parroquia es tierra de nadie para los políticos, así que el rechazo fue espontáneo, tanto que ahí están los videos. Nadie se ocultó. Fue más real que cualquier encuesta.

Su origen zacatecano, la exhibición de su enorme riqueza y la posesión de propiedades millonarias –El Dorado y las que aún faltan por conocerse-, la difusión de lo que paga de luz respecto a millones de veracruzanos que padecen el costo de la energía eléctrica y la inconformidad de miles de burócratas obligados a asistir a sus eventos de campaña, se han convertido en un verdadero lastre.

Nada de eso ha sido desmentido. “No voy a caer en provocaciones. No voy a contestar difamaciones”, dijo ayer la zacatecana. ¿No es más fácil demostrar que todos los señalamientos son falsos para que el escándalo deje de perseguirla toda la campaña? Hoy pesa más una escritura que la palabra del Presidente.

Por si fuera poco, apenas esta semana, la Sener –de la que Nahle fue titular- reveló que la refinería de Dos Bocas alcanzará su capacidad máxima hasta el año 2028, es decir, nueve años después de que iniciara su construcción. ¿Fue una hazaña como dice López Obrador? Pero ni cerquita.

El Instituto Canadiense de Investigación Energética explica que la planificación, el diseño, la obtención de permisos y la construcción de una nueva refinería mediana es un proceso de 5 a 7 años, con una inversión que oscilan entre los 7.000 y los 10.000 millones de dólares, sin incluir la adquisición de terrenos.

Bueno, pues el capricho presidencial llevará casi 10 años y según la propia Rocío Nahle, el costo podría oscilar entre 15,600 y 16,000 millones de dólares. Es decir, casi el doble de tiempo y de dinero, en medio de señalamientos permanentes de sobrecostos y retrasos en la construcción. ¿Dónde está la hazaña entonces?

Aunque eso poco les preocupa a los veracruzanos. Es un tema técnico que no va a incidir en sus emociones. Lo otro sí: su origen, su riqueza, sus privilegios, su arrogancia, su recibo de luz, todo lo que siempre rechazaron de los gobiernos priistas y que hoy lo vuelven a vivir, pero remasterizado.

Al inicio de las campañas electorales, la única certeza es que nada está decidido. La preparación de una elección de Estado es argumento suficiente para pensar que el candidato opositor Pepe Yunes tendrá que recorrer un sinuoso camino hacia palacio de gobierno. Pero hay condiciones suficientes para que gane. Lo sabe Pepe y lo sabe Nahle.

Por supuesto, sus panegiristas y plumas bien pagadas, los lores moléculas aldeanos, podrán decir lo contrario. Dirán que son montajes; dirán que los cientos de burócratas que fueron obligados a ir a la macroplaza es el bueno bueno.

Eso ayuda mucho a la oposición porque se trata de un autoengaño; negar la realidad mueve la inconformidad de la gente. Mil columnas pagadas no van a convencer a un empleado, obligado a usar su tiempo y su dinero, de votar por Nahle.

López Obrador “soltará los tigres” para ganar la elección

Sobre aviso no hay engaño. Si como candidato perdedor, López Obrador fue capaz de bloquear por meses la avenida Reforma, la arteria más importante y emblemática del país, ¿por qué como Presidente en funciones habría de mentir de “soltar a los tigres” en caso de anular la elección? ¿El plan “B” es un autogolpe de Estado?

El presidente advirtió que anular la elección presidencial sería soltar a uno o muchos tigres. Este comentario es similar al que hizo en marzo de 2018 cuando, todavía como candidato, dijo que si había fraude electoral se soltaría al tigre.

El mensaje es muy claro: voy a ganar la elección a cualquier precio, dentro o fuera de la ley, y si la anulan, voy a “soltar a los tigres” para arrebatarla. Por supuesto eso no pasará si la elección la gana Xóchitl Gálvez y la anulan.

Pero, ¿quiénes son los tigres a los que se refiere López Obrador? Los tigres son sinónimo de violencia.

Es decir, la ruta que seguiría López Obrador en caso de perder la elección o de que la cantidad de irregularidades llevara eventualmente a la anulación, es la violencia y no los tribunales. Movería a las fuerzas armadas, a los grupos de choque, la subversión institucional, incluso, de ser necesario, a los grupos de la delincuencia organizada que sienten y agradecen el “abrazo presidencial”.

Para López Obrador, la única posibilidad de que haya una elección en paz es que Morena y su candidata ganen. Cualquier otro resultado convulsionará al país y lo enviará a una espiral de violencia social, no para derrocar al régimen sino para mantenerlo. La advertencia está hecha. Nadie se puede hacer el sorprendido el 3 de junio.

En 2021, semanas después del derrumbe de la línea 12 del metro, Morena y sus candidatos perdieron su principal bastión electoral: la ciudad de México. Es posible que este fenómeno se repita en 2024. Entonces, el presidente aceptó el resultado y modificó la estrategia.

La violencia y el crimen organizado son factores de desestabilización y seguramente serán factores para anular algunas de las elecciones locales. Pero si uno le adiciona acusaciones del uso de recursos federales y estatales a favor de la candidata de Morena, se está conformando la tormenta perfecta.

Como lo pronosticó el primo de Andy, se les descarriló el Tren Maya

De manera premonitoria, en un acto de cinismo y soberbia, los mozalbetes metidos a empresarios y constructores del Tren Maya, todos ellos beneficiados del tráfico de influencia de Andy López Beltrán, sabían que el descarrilamiento del Tren Maya era una cuestión de tiempo. Ellos no mintieron.

Apenas en marzo pasado, se dio a conocer una presunta conversación telefónica donde Pedro Salazar Beltrán, primo de Andy y Bobby López Beltrán, presagió el descarrilamiento del Tren Maya, supuestamente por los malos materiales para su construcción.

¡La red de corrupción!… Eso es lo de nosotros”. Es la burla y el cinismo. Es la conversación telefónica textual entre Pedro Salazar Beltrán, primo de Andy y Bobby López Beltrán, los hijos del Presidente de México, y Amílcar Olán, el íntimo amigo de ellos, que pasó de ser un discreto empresario al multimillonario beneficiado con contratos de medicinas, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.

En la grabación se burlan de la presunta red de corrupción en la actual administración de la que forman parte. “Ya cuando se descarrile el tren, ya va a ser otro pedo”, dicen entre risas.

El lunes pasado la profecía se cumplió. Autoridades reportaron que se descarriló un vagón del Tren Maya cerca de la estación Tixkokob, en Yucatán, afortunadamente sin que haya habido lesionados. Así se cumplió lo que dijeron los dos miembros del llamado Clan de Andrés López Beltrán, vendedores del balasto para el Tren.

¿Fue un sabotaje? No. Todos sabían que eso iba a pasar. En el Tramo 3 del Tren Maya, en el que un vagón del convoy que viajaba a Cancún se descarriló el lunes pasado, se hicieron pagos por trabajos no ejecutados por 18 millones de pesos, y se comprobó que las vías y el material sobre el que rueda el tren presentaba fallas.

En el informe de la Cuenta Pública 2022 se encontró que, en la construcción de pasos vehiculares, infraestructura vía férrea, superestructura vía férrea, accesos y caminos auxiliares de ese tramo que comprende los estados de Campeche y Yucatán “se pudo constatar que muchos de ellos se encontraban en malas condiciones”.

El Tren Maya tendría un costo de entre 120 y 150 mil millones de pesos, pero el Gobierno federal estima que terminará en 500 mil millones.

Tienen razón los cuates de Andy: “¡La red de corrupción!… Eso es lo de nosotros”. ¡¡Shulada!!

Pepín Ruiz: poderoso caballero es don dinero

¿Cuánto costó la candidatura de Pepín Ruiz? ¿Cuánto dinero de los “trastupijes” de las grúas –y todos los giros negros en torno a los corralones- irán a parar a las campañas de Claudia Tello, su protectora e impulsora dentro de Morena, de Rocío Nahle y Claudia Sheinbaum?

Pepín Ruiz es un tipo con mucha suerte y astucia. Sus historias de vida, sus negocios, su relación personal con Fidel Herrera y Javier Duarte inundan las redes sociales. Sin embargo, en Morena parece que se les cayó el internet. Lo acaban de conocer y es un generoso empresario que aporta a la causa.

José Ricardo Ruiz Carmona, conocido como “Pepín Ruiz”, exdiputado priista y discípulo del exgobernador del PRI, Fidel Herrera Beltrán, se sumó a las filas de Morena, respaldado por la ex diputada federal y hoy candidata al Senado de la República, Claudia Tello Espinosa.

La llegada del empresario de grúas e influencer a Morena incomodó a diputados y funcionarios morenistas, quienes mostraron su descontento con su inclusión en eventos partidistas, ya que lo señalan como el responsable de desfalcar al extinto Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano (SAS) durante el tiempo que fue director (2011-2014), lo que propició la privatización del servicio en los municipios de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.

Hoy es flamante candidato a diputado federal por Morena.

La ratonera

El abucheo a Rocío Nahle en La Parroquia de Veracruz podría explicar la ausencia de Claudia Sheinbaum en el arranque de su campaña. No fue un problema de agenda, simplemente no quiere cargar con la pesada losa en que se ha convertido la zacatecana.