En la serena región de Cajamarca, en la sierra norte de Perú, un equipo de arqueólogos descubrió una impresionante plaza circular megalítica en el sitio arqueológico de Callacpuma, lo que marcó un hito en la comprensión de las primeras civilizaciones en los Andes sudamericanos. Este hallazgo, dirigido por el arqueólogo Jason Toohey de la Universidad de Washington y la bio arqueóloga Melissa Murphy, desveló una estructura de aproximadamente 20 metros de diámetro, construida con enormes piedras dispuestas verticalmente y delineada por dos muros concéntricos.

Este descubrimiento, fruto de excavaciones iniciadas en 2018 por un equipo internacional de estudiantes y profesionales, fue destacada en la revista Science Advances, y puso en relieve no solo la importancia científica del hallazgo sino también el esfuerzo colaborativo entre los investigadores y las comunidades locales para preservar este patrimonio cultural.

La datación por radiocarbono sitúa la construcción de la plaza hace aproximadamente cuatro mil 750 años, en el periodo Precerámico Tardío, lo que la convierte en una de las estructuras megalíticas más antiguas del continente americano. Esta antigüedad la coloca en paralelo con monumentos icónicos de la humanidad, como las grandes pirámides de Egipto y Stonehenge, sugiriendo que la plaza pudo haber sido un punto de encuentro y un escenario para ceremonias entre las primeras comunidades de Cajamarca, que practicaban un estilo de vida basado en la caza, la recolección y formas tempranas de agricultura.

Plano de la plaza circular y su construcción.

«(A) Ejemplo de una típica piedra vertical que forma los muros perimetrales de la plaza. También se indica un ejemplo de la fina capa de cimentación en la base de la piedra de la que se recogió el material datado. (B) Vista en planta de la plaza circular indicando las unidades excavadas” – Science Advances.
Además del descubrimiento de la plaza, la región de Cajamarca continúa revelando su riqueza arqueológica con el hallazgo, el año pasado, de la tumba de un sacerdote de tres mil años de antigüedad por un equipo de investigadores japoneses y peruanos. Esta tumba, junto con ofrendas de cerámica en un sitio ceremonial, destaca la importancia religiosa y cultural de la zona desde tiempos remotos.

El cuidadoso proceso de sepultura del sacerdote, evidenciado por las capas de ceniza y tierra que cubrían el cuerpo y las ofrendas en un hoyo circular, demuestra la sofisticación y el respeto ceremonial de estas antiguas comunidades andinas.

Estos descubrimientos no solo enriquecen nuestro conocimiento sobre las civilizaciones precolombinas en Sudamérica, sino que también subrayan la importancia de la arqueología y la colaboración internacional y comunitaria en la preservación del patrimonio cultural global. Cajamarca es ahora un tesoro de la historia humana que ofrece información sobre las sociedades que una vez florecieron en los Andes.

ADN40

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