El desfile por el Bicampeonato de los Chiefs de Kansas City comenzó como una gran celebración y terminó con escenas de pánico, entre 10 y 15 heridos de bala, dos detenidos y, al menos, un muerto.

De acuerdo con la agencia AP, ya hay una fallecimiento por el tiroteo, que ocurrió en los momentos finales del evento, en la zona cercana a la estación de ferrocarriles de Union Station.

El jefe de los bomberos Michael Hopkins había informado que entre ocho y 10 personas resultaron heridas pero no dio más detalles.

Por su parte, la policía informó en un comunicado que dos personas fueron detenidas. Se le pidió a la gente salir de la zona lo más pronto posible.

¿Hubo disparos previos?

Ofilio Martínez, de 48 años, quien estuvo en el desfile declaró que escuchó disparos previos a unas cuadras 10 o 15 minutos antes del tiroteo cerca del desfile en Union Station.

“Esto me está poniendo nervioso, da miedo”, indicó.

Por su parte, Kevin Sanders, de 53 años y originario de Lenexa, Kansas, indicó que escuchó un sonido como de fuegos artificiales y luego vio corriendo a la gente.

Tras la ráfaga inicial hubo calma y no pensó más al respecto, pero comentó que las ambulancias comenzaron a llegar después de 10 minutos.

“Apesta que alguien tuviera que arruinar la celebración, pero estamos en una gran ciudad”, dijo Sanders

Lisa Augustine, portavoz del Hospital Infantil Mercy Kansas City, aseguró que el hospital “está recibiendo pacientes del desfile”. No sabía cuántos y no dio detalles de las lesiones.

Estaba el gobernador de Missouri

El gobernador de Missouri Mike Parson y la primera dama estaban en el desfile cuando se detonaron los disparos pero se encuentran bien, dijo el funcionario en la red social X.

“El personal de policía estatal está asistiendo a la autoridad local en su respuesta”, publicó Parson. “Mientras esperamos para conocer más, nuestros corazones están con las víctimas”.

Por su parte, el preparador Rick Burkholder comentó que estaba con el entrenador en jefe Andy Reid y otros integrantes del cuerpo técnico y los jugadores estaban en autobuses regresando al Estadio Arrowhead cuando ocurrió el hecho.

Las zonas que habían estado atestadas de aficionados quedaron vacías tras el tiroteo, con policías y bomberos hablando de pie detrás de un área acordonada con cinta amarilla.

Reporte indigo

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