Para evitar una crisis de salud como la que está ocasionando más de 100,000 muertes al año en Estados Unidos, México iniciará la lucha contra el consumo del fentanilo. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador quiere ir más allá del decomiso y desmantelamiento de laboratorios, por lo que propone que quede prohibida desde la Constitución la producción y distribución de fentanilo, una droga que es 50 veces más potente que la heroína y hasta 100 veces que la morfina.

El mandatario ha argumentado que México no tiene una crisis de salud a causa de fentanilo, no obstante la intención es evitar que el consumo de esta sustancia crezca entre la población mexicana; expertos alertan que hay un incremento, aunque no se tiene claridad de la dimensión, ello debido a que desde 2016 no se ha realizado la Encuesta Nacional de Adicciones (Encodat).

“Pese a que lo diga el presidente, no estamos seguros de que no tengamos el problema de fentanilo. La última encuesta sobre adicciones que se realizó en el país fue en el 2016. Durante la presente administración no hay un ejercicio similar para evaluar, que ese es el instrumento de una política pública, como es esta encuesta de salud, para detectar cómo va la situación de las adicciones en el país. Entonces, es una declaración a ciegas y no un instrumento concreto, tangible, para afirmarlo, de que no es un problema para México”, sostiene Erubiel Tirado, coordinador del Diplomado de Seguridad Nacional, Democracia y Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana.

El fentanilo es un fármaco pero también es una droga ilegal. En el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha tomado especial relevancia debido a la crisis de salud que hay en Estados Unidos.

De acuerdo con datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) , la sobredosis de opioides causó la muerte más 500,000 personas entre 1999 y 2019. Sin embargo, en los últimos años, el número se ha disparado. Durante la pandemia de covid-19 el número de fallecimientos creció a 100,000 decesos cada año por sobredosis de fentanilo en Estados Unidos.

El presidente López Obrador pasó de negar la fabricación de fentanilo en México a aceptar el hallazgo de laboratorios, a destacar el incremento de incautaciones y a acordar mesas conjuntas con Estados Unidos para atender la epidemia de opioides.

A ocho meses de que concluya su gobierno, ha propuesto un paso más contra el fentanilo. En su paquete de iniciativas que presentó el lunes pasado, el mandatario mexicano incluyó una para agregar a los artículos 4 y 5 de la Constitución la prohibición de esa sustancia y también de vapeadores.

“Para garantizar el derecho de protección a la salud de las personas, queda prohibida la producción, distribución, comercialización y enajenación de cigarrillos electrónicos, vapeadores y demás sistemas o dispositivos electrónicos análogos que señale la ley, así como la producción, distribución y enajenación de sustancias tóxicas, precursores químicos y drogas sintéticas no autorizadas legalmente, como el uso ilícito del fentanilo”, dice la iniciativa del presidente.

David Saucedo, experto en temas de seguridad, considera que detrás de la iniciativa del presidente está la presión de Estados Unidos.

“Es una presión que hace el gobierno de Biden al gobierno de López Obrador, se avecina una elección presidencial intensa en Estados Unidos donde la lucha contra el fentanilo tendrá un lugar importante en el debate político norteamericano. Se trata de una estrategia de seguridad no para México, sino para Estados Unidos”, refiere.

Estados Unidos ha ejercido presión sobre México en su lucha contra el fentanilo. De acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional, los precursores químicos que son utilizados para la elaboración de drogas sintéticas ingresan por la vía marítima, desde el continente asiático, a los puertos de Lázaro Cárdenas, Michoacán; Mazatlán, Sinaloa, y Manzanillo, Colima.

Regular sí, prohibicionismo no

El fentanilo como fármaco es sumamente eficaz para inhibir el dolor, sobre todo en pacientes con enfermedades en etapa terminal, sin embargo, expertos consideran lo tiene que imponer una política prohibicionista y menos llegar a la Constitución.

Daniel Bernal, coordinador de Iniciativa de Salud y Política Pública en la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey, advierte que una política prohibicionista podría disparar el mercado negro, como en su momento sucedió con el alcohol.

“Las prohibiciones de sustancias adictivas, dada la condición de avidez que crean las personas, no hay evidencia contundente, científica que demuestre que disminuyen su consumo. Y lo que sí se ha visto en la cultura popular a través de la prohibición de alcohol que hubo en los 20 y 30 en Estados Unidos, es que disparan el mercado negro”, plantea.

El peligro del fentanilo radica en su potencia. De acuerdo con el artículo “Fentanilo, la droga que se ha convertido en un problema de salud pública” , de la UNAM, tan solo 2 miligramos pueden causar la muerte.

María Luisa Muñoz Almaguer, profesora- investigadora del Departamento de Farmacobiología del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías de la Universidad de Guadalajara, explica los efectos que causa el fentanilo.

“El fentanilo –como actúa a nivel del sistema nervioso en una zona que que se encarga de la liberación de dopamina, que es un neurotransmisor que te da una sensación de placer, de bienestar– hace que la persona quiera estar consumiendo más y más y más. Es como el tabaco, que también actúa más o menos en una zona cercana a donde actúa el fentanilo”, explica.

Aunque no se tienen cifras del consumo del fentalino en México, hay indicios de que es una sustancia de la que se ha incrementado su consumo, pero en muchas ocasiones se hace sin saberlo. Vendedores suelen combinar el fentanilo con otras sustancias porque el efecto es más potente y a un menor costo.

Administrar una dosis consumo del fentanilo mayor a 20 veces un grano de sal puede producir la muerte.

“El fentanilo además de generar la sensación de bienestar, actúa a nivel detalle cerebral, en una zona donde encontramos el bulbo raquídeo que se encarga de regular la función cardíaca y respiratoria, y si se llegasen a consumir la dosis letal que se tiene estimada aproximadamente es de dos miligramos todo el cuerpo va a empezar a dejar de funcionar, va a empezar a bajar la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, van a empezar problemas para hacer sus necesidades fisiológicas hasta que puede producir un paro cardiorrespiratorio morir”, explica.

En esta regulación, es fundamental que se permita el uso médico del fentanilo y no se ciminalice a los antestesiólogos como sucedió con Gustavo Aguirre, quien fue vinculado a proceso por el uso de esa sustancia.

“El fentanilo es un medicamento que utilizan muchísimo los anestesiólogos para las anestesias generales porque es un medicamento muy efectivo, muy accesible, con buena posibilidad de controlar sus efectos en la sala de anestesia. Esta iniciativa genera inquietud entre los grupos de anestesiólogos de que esta cuestión de meterlo en la conciencia como uso ilícito les complique a ellos tener acceso a este medicamento que es muy bueno cuando se usa bajo las condiciones adecuadas”, destaca Bernal.

El fentanilo y la inseguridad

El fentanilo no solo es un asunto de salud pública, también de inseguridad. En el país grupos del crimen han optado por transitar de drogas como la mariguana a la heroína y al fentanilo.

En tierras mexicanas se encuentran dos de las cinco rutas internacionales del tráfico de la sustancia: China-México-Estados Unidos e India-México-Estados Unidos.

El experto de la Ibero explica que el fentanilo es una sustancia por la que están optando organizaciones criminales debido al menor tiempo de producción y mayor costo de ganancias.

“Tenemos indicadores, tendencias, de que tanto en materia de salud pública como en materia de seguridad, esto es un problema. La evolución del narcotráfico y el crimen organizado en nuestro país, sobre todo el narcotráfico, las grandes empresas criminales transnacionales mexicanas, pues han asumido y han incorporado el fentanilo en su portafolio de negocios criminal”, señala.

Las multimillonarias ganancias que deja el fentanilo propician que organizaciones criminales entren en la disputa de los puertos por los que ingresan los precursores como son Lázaro Cárdenas, en Michoacán, y Manzanillo, en Colima.

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