Y entonces, en Palacio Nacional, se relajaron con los avances en Veracruz. AMLO preguntó sobre Alejandro Armenta en Puebla y su exsecretaria Rocío Nahle en el estado de Cuitláhuac García; la respuesta fue una: están ganados por dos a uno, dijo el encuestador contratado para “no decirles mentiras o cucharear datos”.

La preocupación del presidente y Sheinbaum pasa únicamente por la CDMX, pues a decir de los números que tienen, la oposición logrará más por la vía plurinominal que por la ruta del voto, situación que evidenciaría una derrota entre las simpatías ciudadanas.

Justamente anoche López Obrador acordó visitar (de febrero a abril), cuando menos 8 veces al estado de Veracruz, con la intención de sumar y buscar lograr el “carro completo” (o lo más cercano a ello). AMLO estará en Coatzacoalcos, Minatitlán, Las Choapas, Córdoba, Xalapa, Boca del Río, Poza Rica y Tuxpan.

A esos destinos se sumarían, al menos de manera tentativa, Tantoyuca, Pánuco y Tierra Blanca. El oriundo de Tabasco “caminará” (sin hacerlo literalmente, por supuesto), para sumar en una campaña que fomente la “marca Morena, sin romper la ley electoral.

La estrategia no es nueva ni complicada: sentenciar la elección paseando a López Obrador por todo el país y, particularmente, por aquellos estados donde habrán de renovarse las gubernaturas. “Mover al líder que los ha hecho ganar a todos y a quien le deben todo porque, sin él, la mayoría ni en sueños estarían donde están ahora”, dicen en Palacio Nacional.

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