Los días recientes han sido muy violentos en Veracruz: el sábado, un líder partidista fue asesinado en la zona centro; el domingo, en la región sur del estado se reportó una ejecución; dos más, en Perote; y un número indeterminado en Tuxpan, región norte de la entidad.

En Coatzacoalcos, por la noche del domingo un grupo de sujetos armados ingresó a una vivienda en la colonia Benito Juárez; ahí abrieron fuego y asesinaron a una persona.

Por la mañana del mismo día, domingo, en Perote se registró el asesinato de dos mujeres, cuyos cuerpos fueron hallados dentro de bolsas de plástico. Presentaban huellas de tortura.

También el domingo, pero en Tuxpan, zona norte de Veracruz, las autoridades activaron el llamado “código rojo” por el hallazgo de cuerpos abandonados en el puente del lugar.

Las víctimas se encontraban en el interior de dos unidades; fueron encontradas por la noche de este domingo.

Presuntamente se trataba de migrantes, pero también circularon versiones que apuntan a un enfrentamiento entre grupos delincuenciales.

Hasta este momento se carece de información oficial; el escueto comunicado de la Fiscalía sólo indica que “se encontraron elementos anatómicos humanos”; y de la información del órgano procurador de justicia (la Dirección General de Servicios Periciales… practica las pruebas de criminalística de campo y laboratorio que se efectúan en este tipo de casos, que nos permitirán determinar el número de individuos y sus identidades) se desprende que los cuerpos hallados se encontraban desmembrados.

Algunos medios informativos consignan que se trata de 5 víctimas, aunque otros elevan a 15 el número de personales ejecutadas. En estos casos, la falta de información oficial da pie a la especulación.

Esos hechos se suman a otros registrados el sábado: en Coatzacoalcos, zona complicada en términos de actividad delincuencial, un sujeto que se trasladaba en una motocicleta acribilló a un agente aduanal, causándole la muerte.

También el sábado, pero en Cuitláhuac, zona centro de Veracruz, el dirigente municipal del Partido de la Revolución Democrática, PRD, José Alejandro Naredo García, fue asesinado a balazos.

Además de su actividad política, la víctima era taxista, músico y líder sindical (fue secretario de Actas y Acuerdos de la CTM) en ese lugar.

En todos esos hechos violentos, la autoridad desplegó operativos; hubo rondines de vigilancia; y se intensificó la presencia policial.

La fiscalía estatal anunció la integración de carpetas de investigación, pero no hay resultados concretos por tratarse de hechos recientes.

En el caso de Tuxpan, el gobierno estatal dio a conocer que se trató de un “ajuste de cuentas” entre grupos delictivos; que se actuará contra los responsables; y que se aplicará la ley.

Lo lamentable es que aunque se trate de un enfrentamiento entre bandas delincuenciales, ésos hechos provocan temor entre la población y disparan la percepción de inseguridad en un estado donde oficialmente han bajado de forma significativa los casos de homicidio doloso en los últimos cinco años.

@luisromero85