¿Pepe Yunes sí puede ganar la elección? Los partidos políticos de la coalición y sus militancias piensan que sí. Muchos veracruzanos tienen la duda, lo que ya significa una ventaja para el peroteño. Los comunicadores oficiales aseguran que no, pero sus múltiples amigos piensan que sí. ¿Entonces?

¿En que basan sus argumentos para pensar que Pepe Yunes sí puede ganar la elección?

En la mayoría de los casos, en el origen zacatecano de Rocío Nahle –el problema no es de donde nació, sino que no sea veracruzana-, y la pésima administración que ha realizado Cuitláhuac García, un gobierno improvisado arropado de amigos y parientes anodinos e ignorantes, colocados en piezas claves del gobierno, el Congreso local y el Poder Judicial.

Por supuesto, el mismo argumento que utiliza Pepe: los votos de las pasadas dos elecciones le darían al triunfo. Por eso, el piso que se ha propuesto es de un millón y medio de votos para entrar al palacio de gobierno.

Pero lo interesante es que las posibilidades de triunfo de Pepe Yunes no está en ninguno de esos argumentos sino en los datos duros de la preferencia y la percepción de los veracruzanos respecto del gobierno actual y los candidatos.

En noviembre pasado, Héctor Aguilar Camín publicó en la Revista Nexos un artículo (“¿Quién ganará en 2024?”), que resulta una verdadera revelación respecto del eventual resultado de la elección a Presidente y, en consecuencia, la de Gobernador en Veracruz.

Ahí les va…

Menciona que apareció un libro distinto, pensado por fuera de la caja habitual de encuestadores y expertos, sobre la elección de 2024, cuyo título es: Switchers S2.

El autor es Gabriel González-Molina, un especialista en encuestas que tiene el mérito de que, en la elección presidencial de 2012, acertó con sólo 0.26% de diferencia respecto de los votos finales. En la de 2018, con menos de 3% de imprecisión.

Y ahora hace una apuesta fuerte para la elección de este año: no serán los votantes del voto duro, los portadores del Sí o del No plebiscitario; serán los “switchers”, pero cierta clase de “switchers”.

Pero, ¿quiénes son los famosos “switchers”? Son los electores indecisos, aquéllos que relativiza al máximo la precisión de las encuestas, porque es el hoyo clave, el hoyo donde están los que al final definirán quién gana la elección, pero mientras tanto no saben o no han decidido, o no quieren decir cómo votarán, y entonces no dicen nada, explica Aguilar Camín.

¿Y dónde están? González describe un mercado electoral repartido en cuatro segmentos:

Los leales, los antis y dos segmentos de switchers: los S1, que votarán muy mayoritariamente por el oficialismo; y los S2, que no han decidido su voto, pero están “alejados del presidente” y “han vivido en la orfandad durante todo el sexenio, con la vivencia de que nadie ni nada los representa”.

Según el autor, los números de estos cuatro segmentos son así: 1. Leales (voto duro AMLO): 21%; 2. Switchers 1 (muy pro-AMLO): 21%; 3. Antis (voto duro anti-AMLO): 23%; y 4. Switchers 2 (“huérfanos”, sin casilla elegida): 35%

La buena noticia para el morenismo, dice el autor, es que, si ganan todo el segmento Switchers 1, que les es muy favorable, tendrán 42% de los votos, una posición alta. La mala noticia es que ese 42% no es un piso, sino un techo: es lo más que podrán ganar.

En el lado opuesto, la buena noticia para la oposición es que los Anti son 23%, un voto duro mayor que el de AMLO, y que el segmento Switchers 2 está alejado de AMLO, pero tampoco es seguro para la oposición: es un segmento de votantes que hay que ganar ofreciéndole lo que quieren, no lo que inventan candidatos o partidos.

Estos números tienen un impacto directo en Veracruz. Cuitláhuac no es ni remotamente AMLO y el acomodo de los segmentos podría ser distinto a lo que sucede a nivel nacional, aunque la presencia del Presidente sigue siendo definitiva.

Repetir el escenario nacional es lo mejor que le podría pasar a Rocío Nahle. La cosa es que los leales sean los mismos (21%), pero los switchers 1 no tanto por la poca identificación con el gobierno de Cuitláhuac García y los conflictos al interior del morenismo local.

Esto significaría que el techo electoral de Morena no alcanzaría siquiera el 40% en Veracruz. Y debajo de 40, todo puede pasar.

Por su parte, el bloque opositor inicia con un voto duro anti AMLO del 23%, mayor al de sus incondicionales; además, el número de switchers 2 podría andar rondando el 40%; ahí es donde se ubica el gran porcentaje de abstención.

Con la mitad de ese segmento, el voto anti AMLO y la movilización de las estructuras partidistas de la coalición, la elección se encuentra completamente abierta, sólo para no especular que las posibilidades de Pepe Yunes son reales. Esta es ciencia, no es imaginación.

¿Y qué quieren estos habitantes del S2? Resume González-Molina:

Valoran su esfuerzo para salir adelante, aprecian el trabajo como fuente de riqueza, necesitan apoyo emprendedor, empleos con potencial de crecimiento, impulso a los micro y pequeños negocios. Exigen mejoras en educación y salud y una estrategia real contra el crimen organizado. Son sensibles a una narrativa de oportunidades para salir adelante y la esperanza de vivir mejor.

El experto sentencia: Quien gane el voto de los mexicanos que hoy se identifican en el S2, ganará el 2024.

Si Pepe y su equipo de campaña logra identificarlos y convencerlos, estaría en condiciones de ser el próximo gobernador de Veracruz.

¡Arrancan Precampañas! Pepe vs. Nahle: hay tiro

Hoy arrancan las precampañas al gobierno de Veracruz con sólo dos candidatos: la zacatecana Rocío Nahle y el veracruzano Pepe Yunes.

La coordinadora estatal de los trabajos en defensa de la 4T, Rocío Nahle García, decidió que su arranque de precampaña este martes en el parque independencia del municipio de Coatzacoalcos. Por su parte, Pepe Yunes iniciará precampaña en el puerto de Veracruz, luego de ser registrado oficialmente como precandidato del PRD.

La referencia de zacatecana no es con el ánimo de descalificar sino porque esa será la narrativa opositora para vencer a la candidata oficial. Eso tampoco es discriminatorio. La encuesta interna de Morena la ganó Manuel Huerta, pero la voluntad personal del presidente la hizo candidata. Así que Rocío Nahle debe lidiar con muchos negativos al arranque de su precampaña.

Desde hoy y hasta el 10 de febrero, así como en la campaña electoral, vamos a escuchar una cascada de acusaciones y descalificaciones, de promesas imposibles y de compromisos sin sustento. Pero ninguno de los dos parece tener claro el interés político de los veracruzanos, hartos de los últimos tres gobiernos.

Rocío Nahle no tiene más discurso que repetir, una y otra vez, la letanía morenista de la Cuarta Transformación y el edén que nos espera de ganar la elección. Por su parte, Pepe podría repetir el mismo error de la anterior campaña electoral: abusar del conocimiento que tiene de políticas públicas y terminar dando cátedra de economía a un auditorio que poco lo entiende.

No se trata de que Pepe Yunes se ponga los guantes y se trepe al cuadrilátero contra Rocío Nahle –algo que, ante la falta de ideas, ella sí sabe hacer muy bien-, sino de que conecte con los veracruzanos. Para ser buen gobernador, primero hay que ser buen candidato.

Pero todos los mensajes buscan una sola idea. En el caso de Rocío Nahle, que los veracruzanos asuman que es una elección que ya está decidida y que la ventaja que le dan las encuestas, por mucho que se cierre, será insuperable. La elección será un mero trámite.

Pepe Yunes piensa hacer lo mismo: convencer a los veracruzanos que la elección no está decidida y que tiene verdaderas posibilidades de triunfo. Que los números de las elecciones pasadas dan cuenta de que ganar es posible, más ahora que todos los actores políticos de oposición están de su lado: los Yunes –rojos y azules-, todas las corrientes del PAN, las tribus que quedan del PRD y un PRI que busca revivir.

Los pregoneros de una y otro sembrarán el mismo discurso una y otra vez. Las propuestas no importan. Lo importante será que los electores estén convencidos del mensaje clave de cada uno de los candidatos, lo que, en efecto, definiría el resultado de la elección. Esta es la lucha por la percepción.

La ratonera

Interesantes los coordinadores de las precampañas. Por un lado, el alcalde con licencia de Martínez de la Torre, Rodrigo Calderón Salas, quien fuera un entusiasta impulsor de la precandidatura de Eric Cisneros; y por el otro, se habla del senador panista y ex aspirante al gobierno estatal Julen Rementería.

Al menos en el equipo, Pepe toma ventaja.