Recordamos que en el año de 1971 -en el siglo pasado- cuando entramos a estudiar en la entonces Facultad de Periodismo de la Universidad Veracruzana en el puerto jarocho, era casi un escándalo el hecho de que llegáramos 60 alumnos de nuevo ingreso, porque las aulas apenas eran para un máximo de 30 estudiantes, por lo que nos mandaron a tomar clases en el auditorio.

Algunos años más tarde, cuando acudimos a una ceremonia de graduación en el Teatro Francisco Javier Clavijero, los egresados sumaban 400, y ya en ese entonces la pregunta obligada era ¿A dónde van a ir a trabajar todos esos comunicadores?

Hoy en la columna de Jonathan Ruiz en el periódico El Financiero leemos que este año, en México se graduaron otros 10 mil comunicólogos más, de acuerdo con las estadísticas oficiales del Observatorio Laboral. Será difícil acomodarlos.

En esa actividad trabajan 154 mil individuos en México. De todos ellos, solamente 3 mil realmente influyen: encabezan la estrategia de comunicación de una empresa o institución, incluso algunos plasman su nombre públicamente en un medio masivo.

La pregunta sigue siendo la misma ¿Qué hacemos con tanto licenciado en Comunicación?

Pero hoy la respuesta es diferente a la de fechas recientes, ahora la llamada Inteligencia Artificial está ofreciendo nuevos liderazgos laborales.

Aunque esos liderazgos no podrán ser alcanzados por todos los egresados de una facultad de Ciencias de la Comunicación.

Tendrán que hacer cambios totales en sus planes y programas de estudios para empezar a enseñar todo lo que se puede hacer con las llamadas Inteligencias Artificiales.

Ya estamos viendo algunos ejemplos de lo que se puede lograr con las IA, como es el video que empezó a circular en internet este viernes, con una letra de una canción de Los Beatles, en la que ahora gracias a la tecnología, se pueden volver a apreciar como si estuvieran tocándola en el estudio de grabación, gracias a la mezcla de imágenes y voces.

Pero volviendo a los egresados de la carrera de comunicación, será difícil acomodarlos. Las carreras profesionales de Comunicación y Periodismo tal vez emiten un espejismo de fama automática que atrae masas de entusiastas. La realidad es dura y no gustará a quienes ostentan uno de sus títulos: no hay plazas suficientes para quienes se gradúan con habilidades tradicionales. Pero, ojo: eso no significa que todos los caminos están cerrados. Curiosamente, pocas veces quien sabe comunicarse bien, ha tenido tanta influencia. Dos ejemplos: Uno es ex presidente de Estados Unidos, otro encabeza el Poder Ejecutivo en México.

Ninguno se tituló en ciencias de la comunicación. Hoy la barrera entre cualquier individuo y el público masivo está en un artefacto del tamaño de un jabón, los celulares. Las redes sociales y los smartphones derrumbaron obstáculos. Las empresas lo recuerdan con frecuencia. Hoy todas las compañías son digitales.

Tienen un website o una cuenta de TikTok… Por ende, hoy todas ellas controlan también medios de comunicación. Aeroméxico tiene 454 mil seguidores en Instagram y 2.3 millones en Facebook. ¿Qué comunica por ahí? ¿Quién decide? ¿comunicólogas, comunicólogos?

Las empresas, todas, son medios de comunicación que deberían buscar comunicólogos para recargar en ellos esas tareas. Siempre y cuando, claro, estos redacten claramente y sepan expresarse bien ante una computadora con Inteligencia Artificial.

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