En Veracruz, seis cartas de Morena dan inicio a un ritual predestinado: no hubo sorpresas: en la encuesta final para definir la coordinación de los comités de defensa de la 4T en la entidad están los nombres que se esperaban; además de quienes fueron votados en el Consejo Estatal –Rocío Nahle, Zenyazen Escobar, Eric Cisneros y Claudia Tello– aparecen 2 personajes más, cuyo inclusión era inminente: Manuel Huerta y Sergio Gutiérrez.

Como se esperaba, porque así lo anunció el líder del partido del Tucán en la entidad, no participó algún representante del Partido Verde; todas son cartas de Morena.

En el presupuesto no estaba la exclusión en esta lista del ex delegado de los programas federales, Manuel Huerta, ni la del diputado federal Sergio Gutiérrez Luna.

Probablemente la única sorpresa en la lista final fue el descarte de la ex diputada Mónica Robles, quien cuenta con capital político, particularmente en la zona sur de la entidad.

Al final, en el primer filtro se quedaron más de 30 aspirantes que habían externado su intención de participar en este proceso interno; casi todos ellos, actores de reparto, prescindibles en todo caso; gente que sabía de antemano que eran escasas, remotas sus probabilidades de llegar a la lista final del 15 de octubre.

¿Qué falta en Morena-Veracruz? Definida la lista de los 6 que serán evaluados en la encuesta final, faltan dos semanas para la definición de quien ocupará la coordinación de los comités de defensa de la 4T en Veracruz; es el término acuñado por la dirigencia del partido para designar a sus futuros candidatos.

Si bien de acuerdo con los términos de la convocatoria, no era necesario que los aspirantes con cargos públicos renuncien o se separen de sus puestos, los dos integrantes del gabinete estatal inscritos en el proceso –Zenyazen Escobar (SEV) y Eric Cisneros (SEGOB)– presentaron sus respectivas renuncias, a efecto de enfocarse en sus recorridos y reuniones, actividades de proselitismo.

Por cierto, todos los aspirantes, sin excepción, saben que lo más probable es que Morena determine que para Veracruz tendrá que ir una mujer como candidata en 2024, de tal manera que se da como un hecho la postulación de Rocío Nahle.

Lo que no aparece en el horizonte de la 4T en la entidad es una fractura interna: en Veracruz no se espera una rebelión, sobre todo porque no hay una figura con presencia propia; los actores políticos de Morena se plegarían ante un llamado presidencial a la unidad, porque a fin de cuentas todos ellos existen políticamente gracias al fenómeno del partido y de su principal activo, López Obrador.

Si Morena sorteó con éxito la amenaza que representó la impugnación del ex secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, al proceso interno por la Presidencia, con más razón lo haría sin problema alguno si existiera alguna inconformidad en el escenario estatal.

Lo que sí habrá son acuerdos, negociaciones y un reparto de posiciones que garantice que nadie se quede con las manos vacías; que todos los grupos caminen en la misma dirección.

@luisromero85