Mientras un puñado de personajes que han dedicado más de la mitad de su vida a la política buscaban con vano afán conseguir al menos 150 mil firmas para mantener viva su aspiración de alcanzar la candidatura presidencial, Wendy Guevara, la primera mujer trans en ganar en un reality show a nivel nacional, logró este domingo la friolera de ¡18 millones de votos!

Con esa cantidad de votos, ¿Wendy podría ser presidenta de México? En este país todo es posible. Antes de la elección de López Obrador, hubiera sido una victoria segura.

Pero no todos los votos son reales. Me explico. En primer lugar, las votaciones a favor de la famosa Wendy no representan a 18 millones de personas, ya que las y los suscriptores de la plataforma Vix podían emitir hasta un total de 10 votos en una sola sesión; además, las y los interesados también podían emitir un voto por cada navegador web que tuvieran. A esto se le suman que podían votar personas sin importar si eran mayores de edad o no.

Pero en contraparte, también se puede argumentar que son votos reales, pagados con dinero real de los televidentes y no producto de la coacción, el acarreo o la movilización de la estructura de los partidos políticos. Votos electrónicos en los que no hay lugar a dudas, contados de inmediato, sin conflictos electorales.

Si bien, la Wendy tuvo una exposición diaria en cadena nacional, no hizo campaña política o dijo algo que haya cambiado positivamente la mentalidad mediocre de millones de mexicanos que durante semanas se entretuvieron con las intrigas y roznidos de una pléyade de “artistas” de poca monta, cuya carrera descansa en el escándalo y no en su talento.

¿Qué pensarán los aspirantes Xóchitl Gálvez, Santiago Creel, Beatriz Paredes y Enrique de la Madrid que en el mejor de los casos lograron reunir medio millón de firmas, a años luz de los 18 millones logrados por Wendy Guevara?

Las elecciones en México suelen ser una tragicomedia. Los candidatos no conocen a la gente y la gente no conoce a los candidatos; gobiernan quienes son capaces de movilizar sus estructuras con dinero, con mucho dinero, desde el gobierno o en contra de éste, pero nunca quien, como la Wendy, se gane la confianza de “sus electores”, aunque no tenga nada que aportar a un país al borde del abismo.

Esa es la apuesta de Morena, la ignorancia. El entretenimiento basura para olvidarnos de la tragedia diaria. En complemento, Televisa mostró el músculo; se ha mostrado nuevamente como el gran elector, capaz de movilizar a millones de almas en pena que desfogan su frustración en el morbo y la cizaña de personajes públicos.

Muchos de los que ayer votaron por la Wendy son los que votarán en las elecciones del próximo año. Así que ya sabemos los criterios que utilizarán y el resultado que obtendremos.

¡¡Viva México cabrones!!