¡Está cabrón! Dicen mis paisanos. De confirmarse las cifras dadas a conocer por algunos medios de comunicación en la región de Poza Rica, Veracruz podríamos ser testigo de otra masacre inimaginable, donde más de treinta personas habrían sido ejecutadas y sus restos almacenados en hieleras y refrigeradores.

Las primeras versiones extraoficiales –el gobierno del estado habría confirmado el evento sin dar mayor información- señalan que se trataría del hallazgo masivo de restos humanos en dos casas de seguridad en Poza Rica. Las víctimas podrían sumar 34 personas, la mayoría de ellas cercenadas, las cuales estaban ocultas al interior de refrigeradores.

El primer hallazgo macabro fue realizado durante un operativo en el que participaron elementos de Seguridad Pública del Estado y personal de la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), en las inmediaciones de la calle Gutiérrez Zamora de la colonia Óscar Torres Pancardo, justo en los límites con las colonias Hallibourton y Petromex.

Según se informó, fue “debido a labores de patrullaje que se inició una persecución, misma que concluyó cuando sujetos armados se introdujeron a la vivienda que era una casa de seguridad, de manera que se inició la operación para su arresto, logrando la detención de una persona y el rescate de otras tres que se encontraban privadas de la libertad, esto confirmado por la SSP”.

Una vez dentro del inmueble, las autoridades ministeriales confirmaron el hallazgo de armas y droga, así como hieleras con restos humanos, mismos que se encontraban embalados en diversos contenedores. ¡Qué horror!

Hasta la noche, las autoridades ministeriales habían informado que se trataba de al menos quince víctimas, aunque se habla de al menos el doble. Hasta ahora, no hay una cifra oficial emitida por la Fiscalía General del Estado (FGE).

Hay una segunda versión, en la que agentes de Seguridad Pública, Sedena y Fiscalía de Veracruz realizaron cateos en al menos cinco viviendas de diferentes colonias de aquella ciudad del norte de la entidad.

Las versiones son por demás inverosímiles. Entonces, ¿el hallazgo fue por casualidad?
¿Desde cuándo patrullan juntos la Sedena la policía estatal y los ministeriales de la Fiscalía del Estado? ¿Por qué los delincuentes lo habrían de llevar directamente a las dos casas de seguridad para que ahí encontraran los restos humanos? ¿Cuál de los cárteles de la delincuencia organizada que operan en Poza Rica dio el pitazo para el hallazgo?

Hay más. ¿Quiénes son las víctimas? ¿Cómo pueden ejecutar y almacenar los restos desmembrados de 34 personas sin que ninguna corporación policial federal o del estado se enteren hasta que les dan el pitazo? ¿Cuál grupo de la delincuencia organizada es capaz de planear una ejecución masiva de estas características? ¿Hay elementos de corporaciones involucrados?

Hay muchas preguntas que el gobierno del estado y la Fiscalía deberán de responder, sin embargo, es previsible que este lunes acusarán un ajuste de cuentas entre grupos de la delincuencia organizada y que las víctimas –salvo las presuntas personas secuestradas- forman parte de las propias organizaciones.

Pero eso no tranquiliza ni a los pozarricenses ni a los veracruzanos que hoy son testigos de una nueva masacre en el estado donde todo está en paz.

Esta tragedia sólo podría equipararse a aquélla en que la misma cantidad de personas fueron arrojadas en el paso inferior de plena bulevar, a un costado del monumento a los voladores de Papantla en Boca del Río, a horas de iniciarse la Conferencia Nacional de Presidentes de Tribunales Superiores de Justicia y Procuradores del país.

Aquél evento costó el cargo al entonces Procurador de Justicia del Estado y se dio la intervención inmediata de las fuerzas federales, el Ejército y la Marina principalmente, para reestablecer el orden en una zona conurbada controlada por la delincuencia organizada.

¿Cuántas cabezas rodarán esta vez? ¿O sólo será responsabilidad de los medios amarillistas que dieron a conocer el hallazgo?

Cisneros dobla al Presidente y al Gobernador

Cuando el grupo de choque del gobernador en contra del secretario de Gobierno, Eric Cisneros, logró colar la pregunta al Presidente sobre su activismo y excesiva exposición, todos lo dieron por muerto y se pusieron a negociar posiciones con la presunta candidata oficial al gobierno de Veracruz, Rocío Nahle.

Pero resulta que el bato se puso girito y no sólo no renunció, sino que hizo como que quitaba algunos de sus espectaculares para apaciguar a la jauría. Cuando el gobernador salió a declarar que la noche anterior había platicado con él y que le había confirmado que no competiría por la gubernatura y que bajaría sus espectaculares, el afrodescendiente más popular se destornillaba de risa.

Se confirmó lo que todos saben. Que el gobernador no tiene ninguna autoridad sobre él; que no tiene la capacidad para meterlo al orden y mucho menos siquiera de insinuarle que presente su renuncia. Que quien ejerce el verdadero poder político en el estado es el secretario de Gobierno y es eso lo que les preocupa a más de uno que podría terminar en la cárcel si Cisneros logra su objetivo.

El tema de Cisneros no está en la mesa de Cuitláhuac, por eso han tenido que recurrir al Presidente para bajarlo de la contienda, pero no lo lograron.

Luego del primer coscorrón, como dijimos, se destaparon botellas de champan para celebrar que el célebre personaje estaba fuera de combate. Ilusos. No pasó nada, nadie le pidió la renuncia y siguió realizando eventos masivos para promoverse.

Y entonces, frustrados y acalambrados, volvieron a colarle la pregunta al Presidente en la mañanera. López Obrador volvió a descalificar su promoción personal, pero ahora, en lugar de leerle la cartilla, resulta que le obsequió un consejo sobre cómo debe de hacer campaña para ganar la candidatura.

Esto provocó dos lecturas: el bato no se va y tiene el visto bueno del Presidente para competir, aunque no esté de acuerdo –al menos de dientes para afuera- de la forma en que lo está haciendo.

Eric Cisneros dobló al Presidente y al Gobernador por razones que sólo ellos conocen. Eso también lo entiende Rocío Nahle, quien sólo en privado ha ofrecido que “de su cuenta corre” no volverlo a ver por Veracruz en los próximos años. En público ni siquiera ha criticado su promoción personal.

Para quienes le tendieron la cama, el futuro les podría pintar más oscuro que la piel del mismísimo personaje. Hay que recordar que en sus manos está la Fiscalía del Estado, así que más de uno de los entusiastas verdugos –Cazarín, Zenyazen, Lima, Eleazar- tendrán que promover sendos amparos si no quieren que la suerte los alcance.

La ratonera

En defensa de su Fiscal, el Gobernador acusa hasta lo ilegal la actuación de jueces federales que han librado a presuntos delincuentes acusados de delitos graves. Pero hasta ahora, no se ha detenido a revisar la actuación de magistrados, jueces estatales y fiscales improvisados, colocados como pago de cuotas del cuitlahuismo, que no han podido integrar adecuadamente las carpetas de investigación, abriendo la puerta a los delincuentes.

¿O ya se les olvidó que antes de llegar al cargo, la Fiscal del Estado jamás había pisado un ministerio público o integrado una carpeta de investigación?