La suspensión provisional contra la construcción de la obra del puente vehicular frente a plaza Urban Center en la ciudad de Xalapa, ordenada por un juez federal, nos ha dejado al menos tres enseñanzas:

Primero. Que los jóvenes ambientalistas mostraron la fuerza efectiva de una sociedad organizada. Segundo. Que tenemos un Poder Judicial federal verdaderamente autónomo, que no se amedrenta ante al autoritarismo y persecución de jueces por parte del morenismo.

Y tercero. A pesar de que el gobierno de Veracruz actúa a imagen y semejanza del Presidente –la tragedia ambiental del Tren Maya es aún inimaginable-, no podrá continuar realizando obras de infraestructura sin cumplir con la ley ambiental y sin consultar a la ciudadanía, como ya sucedió con el llamado Nido del Halcón y los puentes vehiculares de Lázaro Cárdenas.

Este ha sido un movimiento social ejemplar. Durante varias noches, muchas personas, entre vecinos, ambientalistas y ecologistas, pernoctaron en casas de campaña para evitar que sean derribados los árboles que aún sobreviven. Miles de firmas ya están detrás del movimiento.

Más allá de las interpretaciones políticas y las excusas absurdas del gobernador Cuitláhuac García respecto de la protesta y el plantón montado por los grupos ambientalistas, la realidad es que los ciudadanos han detenido las obras ecocidas en Xalapa, todas ellas plagadas de irregularidades y carentes de medidas de remediación.

Sin la manifestación del impacto ambiental (MIA) –hasta ahora nadie la ha dado a conocer-, la respuesta del gobernador fue verdaderamente vergonzosa e improvisada: difundir una serie de fotografías donde anuncia la siembra de más de 10 mil árboles, pero no establece el lugar, el tipo de árboles y ni plan de remediación.

Alguien debe explicar al Gobernador que un boletín de prensa no mitiga el ecocidio cometido por las obras que se realizan en Xalapa. A una decisión jurídica, el gobierno responde con una excusa política.

El amparo concedido por el juez federal confirmó la omisión de dar oportunidad a la ciudadanía de Xalapa de participar dentro del procedimiento de evaluación de impacto ambiental. La consulta pública debe ser norma y no excepción en la construcción de obras viales en Xalapa.

Pero el gobierno estatal no entiende. Apenas en junio pasado, vecinos de la colonia Zippor en Xalapa se manifestaron para exigir una explicación sobre la tala de árboles en la zona de Arco Sur, donde se construye el estadio de básquetbol llamado el Nido del Halcón.

Como sucedió con la obra de Lázaro Cárdenas, ante el rechazo ciudadano, el gobierno actuó en la sombra de la noche para realizar el ecocidio. En sólo una noche derribaron decenas árboles, lo que alertó a los vecinos, pues esa área verde está protegida, al ser de los pocos pulmones de la ciudad.

Se denunció que la obra que también realiza el gobierno estatal tampoco cuenta permisos de impacto ambiental ni se ha realizado consulta ciudadana alguna. Ante el riesgo para la población, los vecinos lograron parar la construcción.

Los ciudadanos nos han dado una gran lección. Felicito a los jóvenes con quienes tuve la oportunidad de dialogar de madrugada mientras defendían y cuidaban de los árboles que quedaban en pie.

¡No hay lucha sin causa!

La puntita

la Semarnat cuenta con un registro de 594 sitios potencialmente contaminados en el país. Veracruz se ubica en primer lugar nacional con 68 de esos sitios. ¡Y quieren resolverlo a boletinazos!