Un estudio internacional ha mapeado lesiones relacionadas con la epilepsia y ha descubierto un nuevo circuito cerebral para la enfermedad, un hallazgo que pone de relieve la posibilidad de utilizar este circuito cerebral para guiar los tratamientos de estimulación cerebral contra la epilepsia, según publican los investigadores en la revista ‘JAMA Neurology’.

La epilepsia focal afecta a más de 30 millones de pacientes en todo el mundo y suele estar causada por lesiones cerebrales, como el ictus. Sin embargo, no está claro por qué algunas lesiones causan epilepsia y otras no.

El nuevo estudio realizado por investigadores del Brigham and Women’s Hospital, miembro fundador del sistema sanitario Mass General Brigham. en Estados Unidos, ha descubierto que un circuito cerebral común puede vincular las distintas localizaciones de las lesiones que causan epilepsia.

Los investigadores utilizaron una técnica denominada mapeo de redes de lesiones para identificar este circuito cerebral, con resultados que apuntan a posibles objetivos para la estimulación cerebral.

«Cada vez sabemos más sobre el origen de la epilepsia en el cerebro y los circuitos cerebrales que debemos modular para tratar a los pacientes epilépticos», explica el doctor Frederic Schaper, autor principal del estudio, profesor de Neurología en la Facultad de Medicina de Harvard y científico del Centro Brigham and Women’s de Terapéutica de Circuitos Cerebrales.

«Utilizando un diagrama de cableado del cerebro humano, el mapeo de la red de lesiones nos permite mirar más allá de la ubicación individual de la lesión y mapear su circuito cerebral conectado», añade.

Schaper y su equipo estudiaron 5 conjuntos de datos de más de 1.500 pacientes con lesiones cerebrales. Entre los centros participantes de Estados Unidos y Europa se encontraban el Brigham and Women’s Hospital, el Massachusetts General Hospital, el Boston Children’s Hospital, la Northwestern University y los hospitales universitarios de Barcelona, Turku (Finlandia) y Maastricht (Países Bajos).

Estudiaron diversas lesiones cerebrales, como ictus, traumatismos y tumores, lo que les permitió buscar conexiones de red comunes asociadas a la epilepsia en distintas regiones y tipos de daño cerebral.

Uno de los conjuntos de datos incluía a veteranos de combate del Estudio de Lesiones Craneales de Vietnam, que se diseñó originalmente en los años sesenta porque las lesiones cerebrales provocadas por las heridas de metralla en combate daban lugar a un aumento significativo de la aparición de epilepsia.

«En nuestros estudios, hasta el 50 por ciento de los veteranos de combate de Vietnam sufrían al menos un ataque tras la lesión, a veces muchos años después –afirma el coautor Jordan Grafman, doctor del Shirley Ryan AbilityLab de Chicago–. Sin embargo, sigue sin estar claro por qué las lesiones en algunas localizaciones provocan epilepsia y en otras no».

Los investigadores del Brigham compararon las localizaciones de las lesiones cerebrales en pacientes que desarrollaron epilepsia con las de pacientes que no la desarrollaron, y descubrieron que las lesiones asociadas con la epilepsia estaban distribuidas por todo el cerebro.

Sin embargo, estas mismas localizaciones de las lesiones estaban conectadas a una red cerebral común, lo que sugiere que la clave estaba en las conexiones cerebrales interrumpidas por las lesiones, más que en las localizaciones de las lesiones en sí. Estos hallazgos pueden tener implicaciones clínicas para predecir el riesgo de epilepsia tras una lesión cerebral.

«Si podemos asignar una lesión a la red cerebral que hemos identificado, podremos estimar la probabilidad de que alguien sufra epilepsia tras un ictus –afirma Schaper–. Todavía no es una herramienta clínica, pero sentamos las bases para futuros estudios que investiguen el uso de redes cerebrales humanas para predecir el riesgo de epilepsia».

Las conexiones cerebrales clave que identificaron no se encontraban en la superficie del cerebro, sino en su interior, en regiones denominadas ganglios basales y cerebelo. Los autores afirman que durante décadas se ha demostrado que estas estructuras cerebrales profundas modulan y controlan los ataques en modelos animales de epilepsia y se ha planteado la hipótesis de que actúan como un «freno» cerebral.

Basándose en estos hallazgos, los investigadores analizaron los datos de resultados de 30 pacientes con epilepsia resistente a fármacos que se sometieron a estimulación cerebral profunda (ECP) para tratar las crisis. Descubrieron que a los pacientes les iba mucho mejor si el lugar de la ECP estaba conectado a la misma red cerebral, que identificaron mediante lesiones cerebrales.

«Cuando se programa un electrodo de ECP para mejorar las convulsiones, es difícil saber qué punto estimular, porque pueden pasar meses antes de que mejoren –explica el doctor Michael Fox, autor principal del estudio, profesor asociado de Neurología en la Facultad de Medicina de Harvard y director fundador del Centro Brigham and Women’s de Terapéutica de Circuitos Cerebrales–. Identificar este circuito cerebral de la epilepsia puede ayudarnos a dirigirnos al punto adecuado para mejorar los resultados de los pacientes».

Los autores señalan que el presente estudio fue un análisis retrospectivo que utilizó conjuntos de datos existentes y un diagrama de cableado de individuos sanos. Cuando estén disponibles, futuros estudios podrían utilizar un diagrama de cableado de pacientes y probar prospectivamente la utilidad de este circuito como herramienta clínica.

«Ahora que sabemos más sobre los circuitos cerebrales que pueden desempeñar un papel tanto en la causa como en el control de la epilepsia, se abren oportunidades prometedoras para guiar nuestras terapias –asegura Schaper–. Se necesitan futuros ensayos clínicos para determinar si este circuito puede guiar eficazmente el tratamiento de estimulación cerebral para la epilepsia y beneficiar a los pacientes».

infosalu.com

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