Como en cada proceso electoral, se abre un falso y prejuicioso debate sobre el perfil que deben cumplir quienes aspiren a un cargo de elección popular: ¿“caras nuevas” o “las de siempre”? Es una discusión que no beneficia a Veracruz.

La falsedad del debate radica precisamente en que los ciudadanos convertidos por un día en electores, suelen apostar más por la experiencia y la capacidad para resolver los problemas de la entidad, sin importar la edad o el género que tengan los candidatos.

Cuando estos valores no son considerados, muchos estados del país hemos padecido gobiernos improvisados, ineficaces y generalmente corruptos. Lamentablemente, el cambio generacional que se observó hace una década abrió las puertas a niveles de violencia y corrupción nunca vistos hasta ahora.

¿Es la edad un impedimento para competir electoralmente y para gobernar? Por supuesto que no. Ni para los jóvenes, ni para los políticos con una larga trayectoria.

Las grandes potencias siguen apostando por la capacidad y experiencia de sus líderes. En Europa, la Alemania de Ángela Merkel tuvo crecimientos nunca vistos desde la segunda guerra mundial y recuperó el liderazgo continental de su nación. Ella gobernó hasta los 66 años.

España, Italia, Reino Unido, Holanda, Grecia y Finlandia –uno de los países con mayor desarrollo económico y educativo en el mundo- cuentan con mandatarios mayores a 50 años, con excepción de Francia, donde Emmanuel Macrón (45) vino a romper una tradición de mandatarios franceses mayores de 60 años.

En América Latina pasa lo mismo. Quizá el referente más importante de un gobierno eficaz, humanista y moralmente reconocido en todo el mundo, fue Pepe Mújica quien gobernó Uruguay hasta los 80 años. Hoy el Presidente de Brasil, Luiz Ignacio Lula da Silva cuenta ya con 77 años.

Y en Veracruz podríamos referir los mismos ejemplos. Tres de los mejores gobernadores que ha tenido el estado: Agustín Acosta Lagunes (51) y don Fernando Gutiérrez Barrios (59) llegaron al poder tras una larga y muy productiva carrera política, en la administración pública y el sector privado.

En contraparte, Cutiláhuac García Jiménez (50) o Javier Duarte (37) confirman que las “caras nuevas” han sido los peores gobernadores de la historia moderna de Veracruz.

Entonces, ¿sólo los políticos con edad y trayectoria pueden ser buenos gobernantes? Eso tampoco es necesariamente cierto. México Justo en estos últimos 5 años lo sufre en carne propia.

En noviembre de este año, Andrés Manuel López Obrador cumplirá 70 años, lo que lo convierte en el Presidente con mayor edad en asumir el poder desde Victoriano Huerta en 1913 y será el mandatario más veterano en dejar el cargo desde Porfirio Díaz en 1911 ¡López Obrador es el Presidente con mayor edad en más de un siglo!

La supuesta transición generacional de la Cuarta Transformación es otra farsa. Si bien, muchos de los nuevos cuadros del gabinete y posiciones claves en el gobierno federal son una pléyade de treintañeros, las cuatro corcholatas presidenciales de Morena -Claudia Sheinbaum, Adán Augusto, Marcelo Ebrard y Ricardo Moreral- superan los 60 años.

En el 2024 los mexicanos y veracruzanos debemos votar por la experiencia, trayectoria, capacidad y vida pública de quienes pretendemos gobernar al país y a Veracruz.

En términos de gobierno, también soy una cara nueva. Mi trayectoria ha sido fundamentalmente parlamentaria, por lo que no me persiguen los fantasmas del pasado por la administración pública y sí una larga experiencia de cómo resolver los problemas del estado de Veracruz.

En política, la juventud es una enfermedad que se cura con los años.

La puntita

¿Cuáles fueron los regalos que recibió AMLO por el quinto aniversario de su triunfo electoral? Una solitaria refinería que funcionará hasta que él ya no sea presidente; junio, como el mes más violento del año, del sexenio más violento de la historia; y el brutal acarreo al Zócalo para brindar al tlatoani su último acto de veneración. ¡Felicidades Presidente!