La búsqueda del sumergible Titan, desaparecido cuando se dirigía a los restos del Titanic, se ha convertido en una misión de investigación que se prolongará por un tiempo indefinido, según las autoridades, mientras en todo el mundo se sucedían los homenajes a las cinco personas fallecidas por la implosión de la embarcación en las profundidades del Atlántico Norte.

El anuncio del jueves de que todos los pasajeros habían fallecido cuando el submarino implosionó cerca del lugar donde descansa el icónico pecio puso un trágico punto final a una odisea de cinco días que incluyó una apremiante búsqueda ininterrumpida y una vigilia global por el Titan.

La investigación acerca de lo ocurrido ya estaba en marcha y continuará en las inmediaciones del Titanic, donde se encontraron los restos del sumergible, dijo el contraalmirante John Mauger, del Primer Distrito de la Guardia Costera.

“Sé que hay también muchas preguntas acerca de cómo, por qué y cuándo ocurrió esto. Son preguntas sobre las que recopilaremos toda la información que podamos”, afirmó Mauger, que indició que se trataba de un “caso complejo” en una zona remota del océano y que implicaba a varios países.

El primer indicio acerca de la posible cronología de los hechos se produjo el jueves en la noche, cuando un alto oficial de la Marina estadounidense dijo que poco después de que se reportó la desaparición del Titan el domingo, la Marina analizó los datos acústicos y halló una “anomalía” que era consistente con una implosión o explosión en las proximidades del lugar donde operaba la embarcación cuando se perdió la comunicación.

El oficial habló bajo condición de anonimato para discutir sobre el delicado sistema de detección acústica.

Al menos 46 personas viajaron en el sumergible de OceanGate hasta los restos del Titanic en 2021 y 2022, según cartas de la compañía presentadas en una corte federal en Norfolk, Virginia, que supervisa asuntos relacionados con el naufragio del transatlántico.

Pero tanto un antiguo trabajador de la empresa, como expasajeros, plantearon dudas sobre la seguridad del dispositivo. Medios franceses afirmaron que una de las víctimas, Paul-Henri Nargeolet, estaba intranquilo por estos problemas días antes de la inmersión.

Acusaciones conocidas ahora sugieren que se hicieron advertencias de seguridad importantes durante el desarrollo del sumergible Titan.

Un hombre que fue uno de los primeros clientes de la compañía del vehículo describió la inmersión que hizo en el lugar hace dos años como una “operación kamikaze”.

“Hay que estar un poco loco para hacer esta clase de cosa”, dijo Arthur Loibl, aventurero alemán y empresario retirado de 61 años.

Loibl dijo a The Associated Press que había tenido por primera vez la idea de ver los restos del Titanic durante un viaje al Polo Sur en 2016. En ese momento, una compañía rusa ofrecía inmersiones por medio millón de dólares.

Después de que OceanGate, con sede en el estado de Washington, anunciara su programa un año más tarde, él aprovechó la oportunidad y pagó 100 mil dólares por una inmersión en 2019 que se canceló cuando el primer sumergible no resistió las pruebas previas.

Dos años más tarde participó en una travesía que tuvo éxito junto al director general de OceanGate Stockton Rush, el buzo francés y experto en el Titanic Paul-Henry Nargeolet y dos hombres ingleses.

“Imagine un tubo de metal de unos pocos metros de largo y una placa de metal como suelo. No se puede estar de pie. No se puede estar de rodillas. Todo el mundo se sienta cerca o encima de otro”, dijo Loibl. “No se puede ser claustrofóbico”.

El grupo tuvo suerte y disfrutó de una espectacular vista del crucero hundido, dijo Loibl, a diferencia de visitantes de otras expediciones que apenas vieron una zona de escombros o, en ocasiones, nada en absoluto. Algunos clientes perdieron pagos no reembolsables cuando el mal tiempo hizo imposible el descenso.

Loibl describió a Rush como una persona hábil para hacer reparaciones que intentaba resolver problemas con lo que tuviera disponible para realizar las inmersiones, aunque en retrospectiva señaló que “era un poco cuestionable”.

“Viéndolo ahora, fui un poco inocente”, dijo Loibl. “Era una operación kamikaze”.

Los víctimas de la implosión del submarino son Stockton Rush, el director general de OceanGate Expeditions, la propietaria y operadora del sumergible; dos miembros de una importante familia paquistaní, Shahzada Dawood y su hijo Suleman; el aventurero británico Hamish Harding, y Paul-Henri Nargeolet, un francés experto en el Titanic.

OceanGate, que ha documentado la desintegración del Titanic y el ecosistema submarino que lo rodea en viajes anuales desde 2021, en los que participaban turistas de pago, indicó en un comunicado que los fallecidos eran “verdaderos exploradores que compartían un marcado espíritu de aventura y una profunda pasión por explorar y proteger los océanos del mundo”.

Los tributos a las víctimas y los elogios a los rescatistas que trataron de salvarlos llegaron desde todo el mundo. La Casa Blanca dio las gracias a la Guardia Costera, además de a sus socios canadienses, británicos y franceses que ayudaron en el operativo de búsqueda.

“Nuestros corazones están con las familias y los seres queridos de quienes perdieron la vida en el Titan. En los últimos días, han pasado por un calvario horrendo, y los tenemos en nuestros pensamientos y oraciones”, indicó su comunicado.

El Ministerio de Exteriores de Pakistán dejó por escrito en Twitter su agradecimiento a “los esfuerzos multinacionales de los últimos días en la búsqueda de la embarcación”. La familia Dawood también dio las gracias a todos los que participaron en el operativo.

“Sus incansables esfuerzos fueron una fuente de fortaleza para nosotros durante este tiempo”, indicó la familia en su comunicado. “También estamos en deuda con nuestros amigos, familiares, colegas y simpatizantes de todo el mundo que nos apoyaron durante este momento”.

Por su parte, la familia de Harding afirmó que el aventurero “era único en su especie y le adorábamos (…) Lo que consiguió a lo largo de su vida fue realmente extraordinario y si podemos sacar algún pequeño consuelo de esta tragedia, es que le perdimos haciendo lo que amaba.”

El Titan partió a las 6 de la mañana del domingo. Su desaparición se reportó por la tarde, cuando estaba a unos 700 kilómetros (435 millas) al sur de St John’s, en Terranova. Los rescatistas llevaron de inmediato barcos, aviones y otros equipos hasta el lugar.

Las autoridades esperaban que los sonidos submarinos detectados el martes y el miércoles pudieran ayudar a acotar la búsqueda, que abarcaba miles de kilómetros, el doble del tamaño del estado de Connecticut, en aguas a 4 kilómetros de profundidad.

Todas las esperanzas de encontrar a la tripulación con vida se disiparon a primera hora del jueves, cuando se preveía que se agotase la provisión de oxígeno, y la Guardia Costera anunció que se habían encontrado restos a unos 488 metros del Titanic.

Los guardacostas señalaron después que los sonidos detectados los días previos habrían sido generados por algo distinto al Titan.

El director de cine James Cameron, que ha realizado múltiples inmersiones a los restos del Titanic, dijo en declaraciones a la BBC que supo que se trataba de un “acontecimiento catastrófico extremo” en cuanto se enteró de que el sumergible había perdido la navegabilidad y la comunicación a la vez.

“Para mí, no había dudas”, afirmó Cameron. “No había búsqueda. Cuando por fin bajaron un ROV (las siglas en inglés para vehículo operado por control remoto) que podía llegar a la profundidad, lo encontraron en cuestión de horas. Probablemente en cuestión de minutos”.

Para el cineasta, los reportes sobre las 96 horas de oxígeno disponibles y los ruidos fueron una “farsa prolongada y pesadillesca” que dieron falsas esperanzas a los familiares de los tripulantes.

Con información de AP/Latinus

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