Las advertencias sobre la seguridad del sumergible de OceanGate, Titán, fueron repetidamente rechazadas por el director ejecutivo de la compañía, Stockton Rush. Así se expuso en los intercambios de correos electrónicos con un reconocido especialista en la exploración de aguas profundas.

Se trata de Rob McCallum, socio fundador de EYOS, líder de expedición y consultor. Es una empresa que organiza expediciones personalizadas en superyates a los lugares más extraordinarios de la Tierra, según la información de su propio sitio web.

CEO de OceanGate ignoró advertencias sobre la seguridad de Titán

Según la información filtrada, McCallum advirtió a Rush que ponía en riesgo a sus clientes. Por este motivo es que lo instó a que suspendiera el uso de su sumergible experimental hasta que una agencia independiente lo calificara.

No obstante, el CEO de OceanGate refutó que estaba “cansado de los actores de la industria que intentan usar un argumento de seguridad para detener la innovación“.

“Creo que potencialmente te estás colocando a ti y a tus clientes en una dinámica peligrosa“, fueron las palabras del especialista.

Rush, quien murió junto con los otros cuatro tripulantes de Titán al momento de la “implosión catastrófica”, rechazó con frustración las críticas a la seguridad de su sumergible.

“Hemos escuchado los mensajes infundados de ‘vas a matar a alguien’ con demasiada frecuencia“, escribió. “Tomo esto como un grave insulto personal“.

Lamentablemente, el exceso de confianza del CEO derivó en un incidente fatal. Los especialistas creen que el sumergible Titán implosionó antes de alcanzar los 4 mil metros de profundidad. Es decir, antes de llegar a su objetivo, el Titanic.

Cabe recordar que la presión del agua a tal profundidad es varios cientos de veces mayor a la que se experimenta en la superficie. En este sentido, se estima que la muerte fue tan rápida que ninguno de los tripulantes tuvo sufrimiento.

Reporte Índigo

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