La agencia espacial estadounidense ha expuesto las conclusiones de un grupo de 16 expertos que llevaron a cabo una investigación independiente para estudiar 800 avistamientos.

Un grupo de 16 expertos independientes contratados por la NASA para estudiar alrededor de 800 casos de “fenómenos aéreos no identificados” (UAP), por la nueva denominación que ahora da el Gobierno de EE UU a los ovnis, ha explicado las últimas conclusiones de sus pesquisas este miércoles, de un informe más extenso que se publicará en julio, en una rueda de prensa. Se trata de la primera vez que la agencia espacial estadounidense aborda de manera tan abierta un tema tan misterioso, que al mismo tiempo ha desacreditado durante décadas.

El panel de científicos independientes, que van de respetados astronautas hasta astrobiólogos, pertenecen a la primera investigación de este tipo jamás realizada bajo el auspicio de la agencia espacial estadounidense. En su primera reunión pública, los expertos han descartado que los 800 estudiados tengan algún origen extraterrestre, sin embargo, han subrayado que decenas de los avistamientos son fenómenos que aún no pueden ser explicados, principalmente por la falta de datos de alta claridad que impiden aclarar lo que por ahora son tratados como “anomalías”.

“No hemos visto la evidencia de algo extraordinario, de algo que no proceda de una inteligencia humana”, ha dicho apenas abrir la reunión el presidente del comité, David Spergel, astrofísico teórico y creador de la Fundación Simons. “¿Estamos solos en el universo? Es una de las preguntas más antiguas de la historia del universo y de la humanidad, por eso no podemos tomárnosla a la ligera, y necesitamos científicos y equipos multidisciplinares”, ha agregado el experto.

El panel de expertos ha destacado que en casi todos los casos estudiados hay información faltante, y mucha que permita descartar la atribución de los fenómenos a causas que no sean realizadas por el hombre o la naturaleza. Sean Kirkpatrick, director de la Oficina de Resolución de Anomalías del Pentágono, ha indicado que buena parte de los datos de los que carecen han contribuido a que no se pueda determinar el origen de entre el 3 % y el 5 % de los casos de estudio, una minúscula parte de los “50 o 100 informes que recibimos a diario” en el Departamento de Defensa.

Los científicos denuncian la falta de datos

El grupo de especialistas fue constituido en junio del año pasado para llevar a cabo análisis exhaustivos de un puñado de avistamientos de los ovnis, particularmente los fenómenos aéreos no clasificados, así como otra serie de datos compilados por fuentes civiles, gubernamentales y comerciales. Así, a través de técnicas de investigación explicadas en la rueda de prensa, los expertos consiguieron desmontar buena parte de los casos. Se trata de una investigación paralela a la que lleva a cabo actualmente el Pentágono, que periódicamente se presenta ante las comisiones parlamentarias del Congreso estadounidenses para dar cuenta de los avances.

De hecho, el grupo ha reconocido que las preguntas sobre “¿hay vida afuera?” y “¿estamos solos en el universo?” son grandes interrogantes para la comunidad científica, desde hace varias décadas ya, y han asegurado que están empeñados en hacer público si encuentran algo que indique la existencia extraterrestre “con un gran anuncio” después de verificar la información de manera pertinente. Esta disposición, aupada por la NASA, supone un giro de guion del trato del Gobierno estadounidense al tema de los ovnis, un asunto discreto al que a lo largo de los años solo se ha atribuido a la rama militar y de seguridad nacional.

Precisamente los expertos se han topado con obstáculos similares a los que se han enfrentado los investigadores del Departamento de Defensa, la falta de datos de alta calidad que atribuyen a que el grueso de los avistamientos es reportado por pilotos militares en el aire, cuando sus aviones no vienen equipados con equipos adecuados para dar las lecturas que se necesitan en la investigación. “Los esfuerzos de recopilación no son sistemáticos y están fragmentados en varias agencias, a menudo utilizando instrumentos no calibrados para la recopilación de datos científicos”, ha afirmado Spergel.

Además, los expertos indicaron que un factor importante para no contar con suficientes pruebas suele ser el estigma al que todavía pueden seguir sujetos los pilotos que notifican un avistamiento. De hecho, los científicos dejaron constancia de que ellos mismos han sido objeto de acoso y vejaciones por hacer parte del comité de investigación, por lo que han pedido “normalizar el estudio de los UAP” dentro de la comunidad científica y la opinión pública.

“El acoso solo conduce a una mayor estigmatización del campo de las UAP, obstaculizando significativamente el proceso científico y desanimando a otros a estudiar esta importante materia”, ha dicho la jefa científica de la NASA, Nicola Fox, durante su discurso de apertura de la reunión del panel de especialistas.

mundidiario.comq

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