Si Morena pierde las elecciones presidenciales del próximo año, los programas sociales no desaparecerán. Por el contrario, se volverán a garantizar servicios de salud, pensión a adultos mayores, estancias infantiles para madres trabajadoras y apoyo a los migrantes que tanto aportan al país.

De cara a la designación del candidato morenista, las “corcholatas” intentan usufructuar la entrega de apoyos sociales surgidos durante los gobiernos priistas y consolidados durante las transiciones de los gobiernos panistas. Morena no creó los programas sociales, muchos de ellos los canceló.

Casos como Prospera, el Seguro Popular, las estancias infantiles, los comedores comunitarios y los fideicomisos dejaron sin apoyos a millones de mexicanos que habían mejorado su calidad de vida.

Las acciones de salud, alimentación, educación y vivienda no buscaban generar una base electoral, como sí lo pretende la 4T mediante la entrega de dinero en efectivo.

Un caso especial es la pensión de adultos mayores. Si bien López Obrador fue el primer impulsor de este programa cuando fue Jefe de Gobierno del DF, este programa se consolidó en los gobiernos del PRI y el PAN.

Morena olvida dos detalles importantes: fue este gobierno quien aumentó la edad de 65 a 68 años para recibir su pensión –hoy la regresan en la víspera de las elecciones-; y quienes ya la tenían, hoy reciben menos dinero que hace cuatro años. De 2,600 pesos mensuales hoy sólo perciben 4,800 pesos bimestrales, según lo reconoce la propia Claudia Sheinbaum.

Morena y sus “corcholatas” han lanzado la amenaza de que, si pierden, los programas sociales van a desaparecer. Hay que refrescarles la memoria.

Fue López Obrador quien despareció el Seguro Popular que garantizaba servicios de salud a más de 53 millones de personas, para sustituirlo por un organismo enfermo y corrupto que hoy ya no existe: el Insabi.

Prospera, uno de los programas más importantes de los gobiernos del PRI y del PAN, fue eliminado para transferir su presupuesto al programa social de Becas para el Bienestar Benito Juárez y las Universidades del Bienestar.

Sin proyecto ni metodología, las becas no tuvieron ninguna mejora en la calidad educativa o la eficiencia terminal. Promueve precisamente lo que intentó evitar: clientelismo y corrupción.

Las estancias infantiles desaparecieron para entregar directamente el dinero a las madres y “evitar corrupción en las instituciones”. Sin embargo, la Secretaría del Bienestar reconoció que no existe ninguna referencia a la corrupción por “niños fantasmas” con lo que justificaron la eliminación del subsidio a las instancias infantiles.

Hoy el 96% de los menores de entre cero y seis años no asisten a guarderías o estancias infantiles públicas, por lo que deben ser cuidados por sus madres o algún otro pariente. Miles de madres tuvieron que dejar sus empleos.

Si bien los fideicomisos no son un programa social, la extinción de 109 de ellos representó un duro golpe a los fondos de investigadores, artistas, deportistas y periodistas. Fue un castigo para muchos que apoyaron al Presidente y dejaron de creer en él.

Con la derrota de Morena en 2024 sí volverán los programas sociales.

La puntita

El 27 de enero de 2023, según su oficina de prensa, Cuitláhuac García anunció un proyecto ejecutivo y el financiamiento “que dará solución al tráfico en la plaza de cobro 45 de Fortín”. ¡Quien quería ampliar la caseta, hoy presume haberla quitado!