En política no hay casualidades. Las versiones sobre el fallecimiento del Presidente, promovida intencionalmente por ejércitos de bots operados desde el gobierno morenista, no tenían otro propósito que distraer a la opinión pública respecto de las reformas que serían presentadas al Congreso.

Dicho coloquialmente: el Presidente no estaba muerto, andaba desmantelando al país. Ha cumplido la peor de sus amenazas: ¡al diablo con las instituciones!

Los facinerosos diputados y senadores de Morena y sus aliados utilizaron su perversa y servil mayoría para aprobar “fast track”, y en la oscuridad de la madrugada, una serie de reformas que ha violado todo el proceso legislativo.

¿Qué aprobaron los diputados de Morena y sus aliados durante las madrugadas del martes en San Lázaro y este sábado en un improvisado Senado en Xicoténcatl?

Primero. Desaparecieron al Insabi, institución que dejó sin transparentar ¡177 mil millones de pesos en sólo 3 años de existencia! Millones de mexicanos se quedaron sin servicios básicos de salud. Hoy estamos más cerca de Haití que de Dinamarca.

Segundo. Han utilizado a nuestras fuerzas armadas para justificar la concentración del poder y del dinero. Nuestro Ejército debe ocuparse ahora de tareas muy distintas a la seguridad nacional. En este proceso de “militarización” del poder público, ahora deberán administrar el Tren Maya y vigilar el espacio aéreo.

Tercero. La reforma para vender inmuebles confirma la visión del Presidente y de Morena de que el país les pertenece y que, por tanto, pueden disponer de él discrecionalmente, sin ningún control de fiscalización.

Cuarto. México dejará de ser una potencia en turismo. Los ingresos que tenemos por la visita de millones de turistas extranjeros irán a parar a la manada de elefantes blancos del Tren Maya y el Aeropuerto Felipe Ángeles y no a la promoción turística a través de Fonatur.

Quinto. Desaparecieron la Financiera Rural, lo que dejará en el desamparo a millones de productores. Sin créditos, Morena ha dado la última estocada al campo mexicano. Incapaces de frenar su propia corrupción, prefieren desaparecer las instituciones.

Sexto. Enemigos de la educación, la ciencia y el conocimiento, Morena decidió desaparecer al Conacyt. Miles de científicos, académicos y becarios tendrán que truncar sus estudios e investigaciones. Consecuencia de sus complejos, volvemos a la Edad Media y la Santa Inquisición.

Y, por último, decidieron que la Secretaría de la Función Pública sea la única encargada de contratar los bienes y servicios del Gobierno. Esto la convierte en juez y parte, porque su función central es vigilar el correcto uso de los recursos. ¿Se castigará a sí misma?

El supuesto contagio de Covid del Presidente –no hay evidencia de ello más que su propio dicho- les cayó como anillo al dedo. Resultó un distractor estratégico. Al día siguiente de aprobadas las reformas, López Obrador reapareció para celebrar el atraco legislativo.

La Suprema Corte de Justicia, sólida e independiente, deberá hacer el análisis de la legalidad del proceso legislativo.

El Presidente sabe que Morena podría perder la Presidencia en la elección del año próximo. Por eso la urgencia de desmantelar al país.

La puntita

Habilitar ilegalmente a una senadora suplente veracruzana porque la propietaria se encontraba de viaje en Europa no es un reconocimiento a Veracruz, es una burla más de Morena a la ley y la democracia.