Ser influencer no te garantiza ganar dinero. Tampoco el tener millones de views en TikTok o Instagram. Y, en caso de que sí generes ingresos, ser creador de contenido en plataformas digitales tampoco te libera de obligaciones fiscales.

Aunque no hay certeza de cuántos influencers existen en el mundo, Earthweb estima que en 2023, habrá entre 3.2 millones y 37.8 millones de influencers repartidos entre Instagram, YouTube y TikTok.

Además, no todos los creadores de contenido son iguales. Existen los micro influencers (aquellos que tienen entre 1,000 y 100,000 seguidores) y los macro influencers, (más de 100,000 seguidores). Pero, el número de seguidores no es un factor determinante para la monetización.

“Ser influencer no es un ingreso seguro”

“Ser influencer ahora es muy diferente a como era antes”, compartió Sophia Ceja, macro influencer de moda y lujo. Ella empezó por “hobby” hace casi 10 años y nunca pensó que haría de esto una profesión. “En ese entonces, solo blogueras europeas como Chiara Ferragni podían hacer dinero. No pensé que yo podría hacer lo mismo, hasta que un día tuve mi primera campaña con Lancome”, compartió.

Jesica Alcalde, CEO de FuelYourBrands, empresa que conecta microinfluencers con marcas, explicó que el mundo de los creadores de contenido no ha parado de evolucionar. De acuerdo con ella, ahora, lo que importa no son la cantidad de seguidores, sino el engagement que tienen. Estas son las estadísticas que indican “si un influencer es bueno o no” y tiene que ver con su cantidad de likes, comentarios y visualizaciones.

Por ello, las marcas y las agencias de publicidad cuentan con diferentes métodos de pago. No es la misma necesidad y compensación que recibiría una macro influencer como Kimberly Loaiza, que, por ejemplo, una micro influencer mamá.

La Dra. Alin Moreno, coordinadora de la maestría de marketing y publicidad de la Universidad Iberoamericana, explicó que, en la actualidad, hay diversas maneras en las que se trabaja con influencers.

Una de ellas es por intercambio, donde se acuerda un contenido para publicar a cambio de un producto o evento que da una marca. Otra es el pago monetario, donde hay un pago de dinero por la campaña o publicación de un evento o producto. También existe la campaña por pago de venta, que es como ser el vendedor de un producto, pues recibes una comisión por cada venta realizada, o la campaña con varios influencers, donde los contenidos más originales ganan un pago extra.

Pero Sophia Ceja, que lleva casi 10 años en esta profesión, compartió que en su experiencia se ha enfrentado a dos principales problemas: o realizas campañas por intercambio solo para darte a conocer, o las campañas tardan en realizar el pago.

“Siempre hay un proceso larguísimo que puede tardar hasta 120 días en pagar. Es mucha administración personal. Además, el tema de la inflación, sumada a la competencia de los nuevos influencers, hace que ser influencer ya no sea un ingreso seguro”.

Por esto, siguiendo los pasos de influencers como Yuya o Luisito Comunica, ella también decidió emprender su propio negocio de artículos de lujo de segunda mano llamado Archivo Vintage, aprovechando su exposición en redes.

Los influencers también pagan impuestos

Como cualquier otra profesión, para ser influencer también hay que estar dado de alta ante el SAT y pagar impuestos. “Al principio, mucha gente lograba evadir impuestos en campañas porque les facturaba la mamá, el papá… pero llegó un punto en que ya no. Ahora, ya tienes que mandar un buen de papeles y darte de alta como proveedor”, compartió Sophia.

Los influencers residentes en México se deben de dar de alta en el SAT y lo pueden hacer tanto en el régimen general como en el Régimen Simplificado de Confianza (Resico).

Sin embargo, como casi todo, depende del tipo de influencer. Por ejemplo, si está contratado a través de una agencia de publicidad, normalmente es esta la que retiene los impuestos. Pero, si el creador de contenido trabaja de manera independiente, puede darse de alta en el SAT bajo distintos conceptos.

Por ejemplo, Jaime Espinosa de los Monteros, socio de Hogan Lovells especialista en la práctica fiscal, compartió que a partir de este año se reformó el Código Fiscal de la Federación para considerar como pago de regalías el uso de la imagen. “Un influencer promociona con su imagen una marca (…) lo que puede hacer es decir que se dedica de forma profesional a explotar su imagen”.

“Pero también hay influencers que hacen actividades sociales o altruistas ligadas a aspectos sociales y que también pueden presentar eso como un patrocinio o donación y de ahí poder deducir impuestos. Por otro lado, a los influencers que se les paga en especie, eso no se factura”, complementó la Dra. Moreno.

Un millón de views en TikTok, cero pesos; en YouTube, miles

Las plataformas digitales como TikTok e Instagram no compensan económicamente a los creadores de contenido por sus views. La única plataforma que sí paga por el número de views es YouTube.

Los creadores pueden ganar dinero a través de YouTube de distintas maneras:

  1. Ingresos publicitarios: obtener ingresos con los anuncios que se publican en la página de reproducción y en el feed de shorts.
  2. Membresías del canal: Los miembros realizan pagos mensuales recurrentes a cambio de beneficios especiales que los creadores ofrecen.
  3. Compras: Los seguidores pueden explorar y comprar productos, como artículos promocionales, de la tienda de YouTube.
  4. Súper chat y Súper calcomanías: Los fans pagan para que se destaquen sus mensajes o imágenes animadas en los chats de transmisiones.
    Súper gracias: Los fans pagan para que se destaque su mensaje en la sección de comentarios de los videos.
  5. YouTube Premium: Los creadores obtienen una parte de la tarifa de suscripción de los usuarios de YouTube premium cuando miren su contenido.

Sin embargo, el recibir pagos de YouTube no exime a los creadores de contenido de pagar impuestos en su respectivo país y, además, la plataforma también retiene impuestos que son pagados en Estados Unidos.

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