Luz Corona, de 15 años, desliza sus dedos por la pantalla de su celular. Ella no necesita más que unos cuantos emojis y stickers para comunicarse con sus amigos en Whatsapp. El texto, que alguna vez fue el pilar de las conversaciones, ha sido desplazado por la efervescencia visual de los dibujitos animados y los símbolos.

“Los mensajes entre más cortos mejor, también los stickers hacen que la plática sea más divertida… Puedo mostrar la emoción que estoy sintiendo en ese momento”, explica la joven.

Para Corona, los mensajes de voz con más de tres minutos de duración son una rareza y considera poco «normal» que alguno de sus amigos envíe un «whats con mucho texto». Ella pertenece a la generación Z, que ha transformado la forma de comunicarse en las redes sociales y ha dejado atrás el protocolo y la formalidad del texto escrito.

Pero cuando se trata de hablar con sus padres o familiares mayores, la joven de 15 años se enfrenta a un problema. La jerga juvenil y las abreviaturas a veces resultan incomprensibles para las generaciones anteriores.

“Puedes darte cuenta de una forma muy graciosa cuando alguien no es de tu edad, por ejemplo, cuando platico con mi mamá ella me manda Gifs y eso ya no es de nuestra generación, o no me entiende cuando abrevio palabras, o escribo frases que están de moda como por ejemplo ‘Es de chill’ para decir que es broma”, relata Luz con una risa contagiosa.

Más datos, menos minutos de voz

El cambio en los hábitos de comunicación de los usuarios de las nuevas plataformas digitales ha llevado a las empresas de telecomunicaciones a buscar alternativas para adaptarse a las necesidades de la generación Z. En lugar de las llamadas de voz, los jóvenes priorizan las descargas de datos para mantenerse conectados en redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp. Ante esta tendencia, compañías como Telcel, AT&T y Telefónica han comenzado a ofrecer planes personalizados de pospago que incluyen datos ilimitados y opciones para los usuarios ‘gaming’.

Telefónica México, por ejemplo, ha lanzado su plan «Movistar Libre», que le ha permitido aumentar su base de usuarios del segmento de pospago. Además, ha añadido el videojuego FreeFire para atraer a los usuarios ‘gaming’, que según The Ciu, registró ingresos por 16,928 millones de pesos en el primer semestre de 2022, un 5.5% más con respecto al mismo periodo del año anterior.

AT&T también ha lanzado su modalidad de pospago personalizada, «Ármalo», para que los consumidores puedan empaquetar los megas que necesitan mensualmente y elegir las redes sociales que requieren. La compañía también ha tenido que encontrar otras opciones para la atención al cliente, como entrenar a los chatbots para entregar un servicio de calidad y mejorar la eficacia de sus canales de atención no verbal.

A David Hernández, de 21 años, no le gusta hablar por teléfono. Cuando suena su celular, echa un vistazo a la pantalla para ver quién llama. Es su prima, pero a él cada vez le apetece menos contestar llamadas largas. «Mejor que me mande un mensaje», dice.

«Contesto (una llamada) cuando han insistido varias veces, pero la realidad es que no me gusta que me llamen y más si no estoy de ánimo o estoy ocupado para contestar. Por eso siempre digo: llámame sólo si es necesario», explica Hernández.

Para los contemporáneos de Hernández, a quienes se ha catalogado como la ‘generación muda’, la frase ‘espero tu llamada’ ha quedado prácticamente en desuso, y en su lugar utilizan ‘me mandas un mensaje’. Estos cambios de hábitos se insertan en un contexto en donde la hiperconectividad ha privilegiado la inmediatez y un estilo de vida acelerado, dejando poca cabida a las llamadas por teléfono que antes, incluso, duraban horas.

Además, el desarrollo tecnológico ha impulsado nuevas formas de comunicación, como la aplicación de mensajería instantánea Whatsapp, que es muy popular entre las nuevas generaciones. Esta aplicación ha hecho que la comunicación vía mensaje sea cada vez más inmediata y limitada en términos de caracteres.

Rolando Alamilla, gerente de investigación de mercados de la consultora The Ciu, asegura que si bien las llamadas telefónicas seguirán formando parte del modelo de negocio de los operadores de telecomunicaciones, en el último año hubo un incremento del 4.7% interanual en el uso de datos para realizar llamadas y enviar mensajes de voz, texto y vídeo a través de aplicaciones de mensajería instantánea y redes sociales. La búsqueda de opciones de productos y servicios para las nuevas generaciones no es exclusiva de las telecomunicaciones, sino de todas las industrias, ya que la digitalización se está convirtiendo en una necesidad para no quedarse obsoleto.

¿Y las habilidades comunicativas?

La comunicación ha evolucionado rápidamente en los últimos años, especialmente en el ámbito digital. Plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp, Telegram y Messenger se han convertido en la forma preferida de comunicación para muchas personas, especialmente entre las nuevas generaciones. Sin embargo, este cambio en la forma de comunicarse no solo ha traído beneficios, sino que también ha generado nuevas preocupaciones.

María José Nogueda Orozco, psicóloga y directora académica de salud en la UVM campus Veracruz, coincide con esta idea y destaca que la comunicación a través de dispositivos puede promover el ensimismamiento y dificultar el desarrollo de habilidades de socialización. «Antes, lo más ‘normal’ era hablar de manera presencial o incluso vía telefónica (…). Pero nos estamos volviendo muy limitados para expresar emociones más allá de los emojis», señala la experta.

Otra preocupación que ha surgido en torno a la comunicación digital es la falta de comprensión de lectura y la dificultad para trabajar en equipo. Nogueda Orozco señala que los jóvenes a menudo tienen dificultades para hacer síntesis de libros y prefieren buscar información en plataformas como TikTok. Además, la redacción de ensayos a menudo presenta problemas de sintaxis y faltas de ortografía.

Sin embargo, Nogueda Orozco destaca que las tecnologías y las nuevas posibilidades comunicativas no son el problema en sí mismas, sino la falta de equilibrio en la vida cotidiana. «Prácticamente estamos viviendo virtualmente», concluye.

A medida que la comunicación digital se ha vuelto más omnipresente, también ha habido preocupaciones sobre la cantidad de tiempo que las personas pasan en línea y la forma en que esto puede afectar su bienestar emocional y psicológico. Un estudio publicado en la revista médica The Lancet Child & Adolescent Health en 2019 encontró que los adolescentes que pasan más de tres horas al día en las redes sociales tienen un mayor riesgo de problemas de salud mental, como ansiedad y depresión.

Las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y la realidad virtual, están abriendo nuevas posibilidades para la comunicación y la colaboración. Nuevos retos se vislumbran en el ámbito de la comunicación.

Expansión

Conéctate con Formato7:

AL RESPECTO | Deciden en CDMX alejar a Cuitláhuac de Sheinbaum